Desde hace décadas, la ciencia ficción ha imaginado un futuro en el que los humanos puedan viajar a través del tiempo. Ahora, algunos físicos sugieren que las enigmáticas cuerdas cósmicas podrían ofrecer una solución teórica a este anhelo, basándose en la solidez matemática de la relatividad de Einstein.

¿Podrían las cuerdas cósmicas hacer realidad el viaje en el tiempo?

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Las cuerdas cósmicas son defectos topológicos hipotéticos que se habrían originado en los primeros instantes del universo, justo después del Big Bang. En esos momentos primigenios, el universo era un caldo de cultivo extremadamente caliente, denso y lleno de energía, en el que las condiciones eran tan extremas que todos los campos fundamentales se encontraban en un estado de alta simetría.

A medida que el universo se expandía y enfriaba, se produjeron transiciones de fase similares a cuando el agua se congela. Durante este proceso, el «campo» que permea el universo se reorganizaba, pero en ciertos puntos no lograba alinearse de manera perfecta, generando discontinuidades en el tejido del espacio-tiempo. Estas discontinuidades son análogas a las grietas que se forman en el hielo al congelarse rápidamente. En el caso de las cuerdas cósmicas, se manifiestan en forma de filamentos extremadamente delgados —con un grosor comparable al de un protón— pero muy densos y largos, extendiéndose a lo largo de distancias del orden de años luz.

Estas «cicatrices» tan peculiares han captado la atención de numerosos científicos. Por ejemplo, J. Richard Gott, de la Universidad de Princeton, ha propuesto que la interacción de dos cuerdas cósmicas infinitas, al pasar cerca una de la otra, podría deformar el espacio-tiempo hasta formar un bucle temporal, conocido como «curva cerrada tipo tiempo». En teoría, este fenómeno permitiría a un viajero regresar a un punto anterior en el tiempo, funcionando como una especie de máquina del tiempo natural.

¿Es realmente posible el viaje en el tiempo?

Ken Olum, investigador en la Universidad de Tufts, explica que las ecuaciones respaldan la posibilidad de que las cuerdas cósmicas generen un mecanismo de viaje temporal. Sin embargo, existen desafíos significativos. Por un lado, estas cuerdas aún no han sido observadas directamente. Además, la enorme cantidad de energía necesaria para alcanzar velocidades cercanas a la de la luz —un requisito indispensable para aprovechar este fenómeno— convierte a este modelo en algo extremadamente lejano de nuestra tecnología actual.

Henry Tye, exprofesor en la Universidad de Cornell, comenta que, aunque el viaje en el tiempo sigue siendo poco probable, no debe descartarse por completo. A diferencia de los agujeros de gusano, otra forma teórica para viajar en el tiempo, las cuerdas cósmicas se enmarcan dentro de la relatividad general, lo que las convierte en un tema fascinante para explorar.

Evidencias a través de las ondas gravitacionales

En 2020, el observatorio NANOGrav detectó una señal anómala en las ondas gravitacionales que no coincidía con los patrones esperados de los agujeros negros. Según Olum, esta señal podría ser la huella de las cuerdas cósmicas o incluso de las llamadas supercuerdas, propuestas por la teoría de cuerdas, la cual sugiere la existencia de dimensiones adicionales en nuestro universo.

Si futuras observaciones confirman la existencia de estas cicatrices allí fuera, no solo se revolucionaría nuestra comprensión del cosmos, sino que también se abrirían nuevas posibilidades en el estudio del viaje en el tiempo. Con la llegada de nuevos instrumentos, como el telescopio espacial LISA, previsto para 2034, la comunidad científica podría obtener datos cruciales que validen o descarten estas fascinantes teorías.

Fuente: PM. Edición: MP.

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