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El 13 de octubre de 2014, algo muy extraño le ocurrió a la cámara a bordo del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), una sonda de la NASA que orbita la Luna desde hace casi una década. El instrumento, que normalmente produce imágenes muy claras de la superficie lunar, envió una fotografía movida y temblorosa. ¿Qué había ocurrido?
Ahora, los científicos han resuelto el misterio y han determinado que la cámara recibió el impacto directo de un meteoro de la mitad del tamaño de una cabeza de alfiler que volaba más rápido que una bala. Aunque parezca increíble, la cámara sobrevivió al intento de «asesinato» espacial.
De acuerdo con Mark Robinson, profesor e investigador principal del LROC (Lunar Reconnaissance Orbiter Camera) en la Universidad Estatal de Arizona (ASU), la misteriosa imagen temblorosa es el resultado de una repentina y extrema oscilación de la cámara. Y dado que los científicos consideran imposible que la imagen movida fuera causada por una nave espacial que, por ejemplo, moviera sus paneles solares o su antena, provocando una fluctuación, «la única explicación lógica es que la cámara fuera golpeada por un meteorito», asegura Robinson.
Pero, ¿cómo era esa roca? La cámara está fabricada para soportar las fuertes vibraciones causadas por el lanzamiento de la nave espacial, prueba que pasó con creces, lo que demuestra su estabilidad. Por ese motivo, el equipo realizó simulaciones para ver si podían reproducir las distorsiones observadas en la imagen y determinar el tamaño del meteorito que golpeó la cámara. De esta forma, estimaron que la roca que protagonizó el impacto habría sido aproximadamente de la mitad del tamaño de una cabeza de alfiler (0,8 mm), suponiendo una velocidad de alrededor de 7 kilómetros por segundo y una densidad de un meteorito de condrita ordinaria (2,7 gramos / cm3).
LROC es un sistema de tres cámaras montadas en la nave LRO, dos de ellas llamadas NAC (Narrow Angle Cameras). En la foto puede observarse una de la NACs. El meteorito habría golpeado en el radiador de ésta (derecha, en blanco).
«El meteoro viajaba mucho más rápido que una bala», dice Robinson. «En este caso, LROC no esquivó la bala, ¡sino que sobrevivió a ella!». El científico también considera «muy raro» (estadísticamente poco probable) que la cámara pudiera capturar los efectos de un evento como este, ya que solo graba el 10 % del día y con luz diurna.
Lanzado el 18 de junio de 2008, el LRO ha recogido un tesoro de datos con sus siete potentes instrumentos, haciendo una valiosa contribución a nuestro conocimiento sobre la Luna. «Un impacto de meteoritos en la cámara de la nave nos recuerda que el orbitador está constantemente expuesto a los peligros del espacio», advierte Noah Petro, científico adjunto del proyecto en Goddard. «Y a medida que continuamos explorando la Luna, también nos recuerda lo valiosos que son los datos que nos envía». Por fortuna, la nave ha sobrevivido para seguir explorando nuestro satélite natural.
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