Un vistazo a los nuevos objetos descubiertos en la misteriosa «Ciudad Jaguar»

Un equipo internacional de arqueólogos estadounidenses y hondureños ha recuperado de las entrañas de la selva más de 200 esculturas dejadas allí por una civilización desconocida. En el último mes, el trabajo se ha concentrado en un gran montículo de tierra en la que ha sido llamada «Ciudad del Jaguar», parte del gran complejo de ruinas de la otrora mítica «Ciudad Perdida del Dios Mono o Ciudad Blanca», en La Mosquitia, Honduras.

Los artefactos, algunos completos y otros fragmentados, ya han sido transportados en helicóptero a laboratorios construidos para la ocasión en el municipio de Catacamas, donde serán estudiados en mayor detalle por los expertos.

«El conjunto de objetos representa una ofrenda, es como si fuera un santuario», dijo el arqueólogo Chris Fisher citado por National Geographic.

La excavación reveló que los objetos fueron colocados cuidadosamente juntos, de una sola vez, en un suelo de arcilla roja. Además, se encontraban dispuestos alrededor de un objeto principal: la enigmática escultura de un buitre con las alas parcialmente desplegadas. Esta ave carroñera repite su presencia como elemento decorativo en vasijas rituales, donde también aparecen serpientes y una extraña figura humanoide de cabeza triangular, ojos huecos, y un escuálido cuerpo. Fisher piensa que esta figura con «aspecto de momia» podría representar a la muerte.

Alrededor del cúmulo central de artefactos, los arqueólogos se encontraron con muchos «metates» de piedra, utilizados en la antigüedad para moler los granos u otro elemento. Aunque por la rica ornamentación de los mismos, se cree que éstos eran meramente ceremoniales. Dentro de este grupo se incluye el metate decorado con una cabeza de «hombre jaguar», uno de los primeros descubiertos y por el que se bautizó al sitio arqueológico como «Ciudad Jaguar».

Las primeras estimaciones indican que los objetos tienen una antigüedad de entre 3.000 y 3.500 años.