Una criatura casi mitológica podría volver a caminar por la Tierra. Se trata del moa, un ave gigante y sin alas que habitó Nueva Zelanda hasta su extinción hace unos 600 años, poco después de la llegada de los humanos. Ahora, un ambicioso proyecto científico liderado por la comunidad indígena Māori y la empresa Colossal Biosciences busca traerla de vuelta a la vida mediante la ingeniería genética.

Quieren revivir al moa: el ave gigante extinta de Nueva Zelanda se convierte en la quinta especie del ambicioso plan de desextinción

Crédito: Colossal Biosciences.

El programa de desextinción de Colossal —la empresa que recientemente captó la atención mundial por revivir al lobo gigante o lobo terrible— incluye también al mamut lanudo, el dodo, el tilacino (o tigre de Tasmania) y al protagonista de esta noticia, el moa. Todas estas especies fueron seleccionadas porque su extinción fue provocada directamente por la acción humana.

«Cuando los humanos llegaron por primera vez a Aotearoa Nueva Zelanda, hace entre 800 y 900 años, existían nueve especies de estas aves gigantes del tamaño de un dinosaurio», explicó el Dr. Paul Scofield, asesor de Colossal y curador principal de Historia Natural en el Museo de Canterbury. «Pero en apenas 150 años, todas desaparecieron».

Los moa eran verdaderos titanes: algunas especies llegaban a medir hasta 3.6 metros de altura y pesar más de 230 kilos, como el Dinornis robustus o moa gigante de la Isla Sur. Eran ingenieros ecológicos que moldearon durante millones de años los ecosistemas de pastizales y bosques neozelandeses. Su desaparición provocó un profundo impacto ecológico cuyas huellas aún se perciben en el paisaje.

Un proyecto para revivirlos a todos

A pesar de su colosal tamaño, los moa eran completamente incapaces de volar e incluso carecían de alas, una rareza absoluta entre las aves. Entre los restos fósiles hallados se destacan huesos, huevos y un pie casi completo con tejido blando, una reliquia que subraya cuán únicos fueron estos animales. El cineasta Peter Jackson, famoso por la trilogía de El Señor de los Anillos, también participa del proyecto como colaborador clave.

El proyecto para traer de vuelta al moa es una iniciativa liderada por el pueblo indígena Ngāi Tahu, a través de su centro de investigación (Ngāi Tahu Research Centre) en la Universidad de Canterbury, en asociación con Colossal Biosciences. Esta colaboración marca un enfoque inédito en el campo de la desextinción, combinando ciencia de vanguardia con conocimiento ancestral y espiritualidad.

«Este es un proyecto verdaderamente liderado por los Māori», afirmó Ben Lamm, CEO de Colossal. «Ellos establecen el ritmo, la dirección y la forma en que avanzamos. Ha sido una experiencia profundamente enriquecedora, que nos permite ir más allá de la conservación para entrar en un terreno de restauración ecológica y reconexión cultural».

El equipo ya cuenta con un genoma casi completo del moa arbustivo pequeño (Anomalopteryx didiformis) y ha muestreado más de 60 huesos para continuar ensamblando los genomas de las otras ocho especies. El objetivo final es reconstruir completamente el ADN de las nueve especies de moa, lo que podría permitir su eventual reintroducción al entorno natural, en condiciones controladas y con estricta supervisión ecológica.

Crédito: Colossal Biosciences.

Además, Colossal trabaja en una estructura de huevo artificial para incubación, una tecnología que podría acelerar la reproducción sin depender exclusivamente de especies modernas como madres sustitutas. «Esto abre nuevas posibilidades para la reproducción a gran escala a largo plazo», señaló Lamm.

Restauración ecológica

Más allá de la resurrección del moa, este proyecto tiene un objetivo aún mayor: convertir la desextinción en una herramienta para evitar nuevas extinciones, utilizando lo aprendido para proteger especies en peligro crítico.

En palabras de Lamm, «el trabajo realizado hasta ahora con nuestro equipo de genómica aviar nos ha dado una base sólida para que el proyecto moa avance con rapidez. Aunque difiere del mamut o del dodo, todos nuestros proyectos comparten un núcleo tecnológico común».

Si tiene éxito, el regreso del moa no solo representará un triunfo biotecnológico sin precedentes, sino también un poderoso acto de restauración histórica, ecológica y cultural para Nueva Zelanda y su gente.

Fuente: Colossal/IFL. Edición: MP.

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