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Cuando Voyager 2 sobrevoló Urano en 1986, el planeta parecía ser una esfera azul casi sin rasgos distintivos. Ahora, Webb nos muestra una vista infrarroja mucho más dinámica e intrigante. Anillos, lunas, tormentas y un brillante casquete polar norte adornan estas nuevas imágenes.
El James Webb de la NASA recientemente enfocó su mirada en el inusual y enigmático Urano, un gigante de hielo que gira de lado. El telescopio espacial capturó este mundo dinámico con anillos, lunas, tormentas y otras características atmosféricas, como el casquete polar estacional.
La imagen amplía una versión de dos colores lanzada a principios de este año, agregando cobertura adicional de longitudes de onda para obtener una visión más detallada.
Gracias la exquisita sensibilidad de los instrumentos del moderno telescopio, pueden distinguirse los tenues anillos internos y externos de Urano. También aparecen muchas de las 27 lunas conocidas del planeta, incluso algunas pequeñas dentro de los anillos.
En longitudes de onda visibles, como lo vio Voyager 2 en la década de 1980, Urano parecía una esfera azul sólida y apacible. En longitudes de onda infrarrojas, Webb está revelando un mundo de hielo extraño y dinámico lleno de emocionantes características atmosféricas.
Uno de los aspectos más destacados es el casquete nuboso en el polo norte del planeta. En estas imágenes más recientes capturadas por Webb, se pueden apreciar con mayor facilidad ciertos detalles de este casquete en comparación con las imágenes anteriores. Estos detalles comprenden una región brillante y blanca en su interior, así como una franja oscura en la parte inferior del casquete, hacia latitudes inferiores.
Además, se avistan diversas tormentas brillantes cerca y justo debajo del borde sur del casquete polar. Estas tormentas, tanto en su número como en su frecuencia y posición en la atmósfera de Urano, podrían ser resultado de una combinación de efectos estacionales y meteorológicos.
El casquete polar se hace más prominente a medida que el polo del planeta se orienta hacia el Sol, acercándose al solsticio y recibiendo una mayor cantidad de luz solar. El próximo de estos fenómenos ocurrirá en 2028, momento en el cual los astrónomos esperan detectar posibles cambios en la estructura de estas características. El análisis con Webb en ese momento será fundamental para desentrañar los efectos estacionales y meteorológicos que afectan a las tormentas en Urano, lo cual resulta crucial para comprender no solo la atmósfera compleja de este planeta sino la formación y la meteorología de mundos de tamaño similar alrededor de otras estrellas.
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