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Unos astrónomos han sugerido que el espacio-tiempo se curva muy fuertemente cerca del centro de un agujero negro, pero que no llega a quebrarse, sino que continúa en una región en el futuro que tiene la estructura de un agujero blanco.
Los agujeros negros siguen estando entre los objetos más misteriosos del Universo. Según la Teoría General de la Relatividad de Einstein, todo lo que entra en un agujero negro seguirá cayendo hacia su centro, atraído por una gravedad cada vez más fuerte, hasta llegar a comprimirse en un único punto de tal densidad que el mismísimo tejido espaciotemporal se quebraría. En ese punto, llamado singularidad, las leyes de la Física ya no tendrían efecto, el mismísimo tiempo se detendría y la realidad tal y como la conocemos se desvanecería por completo.
Pero según Abhay Ashtekar y Javier Olmedo, de la Universidad Estatal de Pennsylvania, y Parampreet Singh, de la de Louisiana, autores de los dos artículos recién publicados en Physical Review Letters y Physical Review D, las cosas podrían ser muy diferentes. De hecho, su trabajo podría cambiar para siempre lo que creemos saber sobre los agujeros negros. Especialmente en lo que se refiere a la auténtica naturaleza de sus centros, que según estos investigadores «podríamos haber entendido mal».
El problema principal, por supuesto, es el de la singularidad. La simple idea de que puedan existir esos puntos que, pese a tener una densidad infinita, no ocupan espacio alguno, se considera como una aberración, algo que no puede existir en la naturaleza. Hasta ahora, y bajo el paraguas de «gravedad cuántica», numerosos investigadores han formulado diversas propuestas teóricas, desarrollando unas matemáticas completamente nuevas que puedan servir para describir cómo funciona la gravedad en el microcosmos de las partículas subatómicas.
Uno de esos intentos es la llamada «gravedad cuántica de bucles», que entre otras cosas predice que el espacio-tiempo puede cuantificarse, de modo que existe una unidad mínima más allá de la cual el espacio-tiempo no puede subdividirse más. Pues bien, al aplicar la gravedad cuántica de bucles a los puntos centrales de los agujeros negros, los investigadores afirman que el resultado no fue una singularidad, sino algo muy diferente.
Los cálculos, en efecto, predicen que el espacio-tiempo se curva muy fuertemente cerca del centro de un agujero negro. Pero no llega a quebrarse, sino que continúa en una región en el futuro que tiene la estructura de un agujero blanco. Un agujero blanco es como un agujero negro pero al revés, es decir, que en lugar de atraer la materia hacia sí, la «dispara» hacia fuera.
Se sabe que en presencia de campos gravitacionales muy fuertes, el tiempo se ralentiza. Y los agujeros negros contienen los campos gravitacionales más fuertes del Universo. Debido a ello, una posible interpretación de este nuevo trabajo es que la materia cae en un agujero negro y luego «rebota», disparando la masa a través del cosmos. Debido a que el tiempo es muy lento cerca del centro de un agujero negro, visto desde fuera ese proceso duraría una enorme cantidad de tiempo. Si los investigadores tienen razón, en un futuro muy lejano, donde ahora hay agujeros negros, la materia estallará, esparciendo la materia por todo el cosmos a través de agujeros blancos.
La idea es provocativa y muy sugerente, aunque antes de considerarse válida será necesario probarla experimentalmente. Y resulta que existen varias formas de hacerlo. Desde hace tiempo, por ejemplo, científicos de todo el mundo han venido detectando en el espacio una serie de fenómenos enormemente energéticos que se resisten a ser explicados.
Dos de ellos son los rayos cósmicos de alta energía que golpean de cuando en cuando la atmósfera de la Tierra; y los llamados FRBs (estallidos rápidos de radio), que se producen cuando se detecta una enorme cantidad de energía de radio en un periodo muy breve de tiempo. Según los autores citados, ambos fenómenos podrían ser, en principio, la firma de un agujero negro en transición hacia un agujero blanco.
Fuente: Live Science. Edición: ABC.
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1 comentario
2:55
Qué interesante hipótesis! Recuerdo otra de hace muchos años que se refería a las llamadas "fontanas blancas", supuestas contrapartes de los hoyos negros en las que la materia es expulsada y serían el otro "extremo" de los mismos. Igualmente, al leer el artículo me quedé pensando en si podríamos detectar esa materia que rebota de la singularidad, de -quizá- hoyos negros que ya ni siquiera existen.
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