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Ahuna Mons, una enorme elevación aislada en el ecuador del planeta enano Ceres, se asimila a un domo volcánico. Al igual que la «Montaña Solitaria» Erebor en el legendarium del escritor J.R.R. Tolkien, Ahuna Mons fue una vez ocupada por un dragón, pero uno que no escupía fuego, sino hielo. Estudios adicionales también han demostrado que Ceres posee una débil atmósfera.
En estos volcanes extraterrestres se supone que el agua líquida desempeña el papel del magma o lava, mientras que el hielo hace las veces de roca. Aunque se han observado en lunas como Tritón y Encélado, las evidencias que prueban la existencia de estos volcanes de hielo hasta el momento habían sido difícil de descubrir en objetos como los planetas enanos.
Ahora, con las imágenes de la sonda Dawn, un equipo liderado por el investigador Ottaviano Ruesch, del centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, ha localizado una formación criovolcánica en Ceres: Ahuna Mons. Se trata de una montaña con forma de domo, con una base elíptica y una parte superior cóncava que, junto a otras propiedades, indican que es un criovolcán.
Mediante modelos matemáticos, los autores han determinado la edad de Ahuna Mons y han descubierto que se formó después de los cráteres que la rodean, lo que indica que esta montaña helada se originó hace relativamente poco. No hay evidencia de tectónica de compresión ni de erosión. Aparentemente, la extrusión (que se produce al apretar un material para que salga por una abertura) es la causa fundamental detrás de la formación de este volcán de hielo, reporta el comunicado de la NASA.
Aunque los científicos no pueden determinar cuál es el material exacto que originó este criovolcán sin disponer de más datos, consideran que las sales de cloro –detectadas anteriormente en otras regiones de Ceres–, podrían estar junto al hielo de agua bajo la superficie del planeta enano y provocar la actividad química que levantó Ahuna Mons a casi 5 km de altura.
Otra de las sorpresas que los científicos encontraron en Ceres es la detección inesperada de partículas del Sol «reaccionando» con algo desconocido. Se suponía que el planeta enano no tenía ni atmósfera ni campo magnético —la especie de coraza que protege a la Tierra de la actividad del astro—, por lo que el viento solar no interactuaba con él. Pero Christopher Russell, de la Universidad de California, Los Angeles, y su equipo detectaron dicha actividad «imposible».
La primera explicación que se tiene para ello, dice el estudio, sería la presencia en Ceres de una atmósfera muy débil, pero con la cual interactuarían las partículas. La segunda, aunque menos probable, es que el interior salado del planeta enano genere una corriente eléctrica que origina un campo magnético, el que bloquearía las partículas.
Entender descubrimientos como este en Ceres ayudará a comprender mejor a los planetas enanos, asegura el astrónomo, las semillas de donde se originaron los planetas, incluida la Tierra.
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1 comentario
20:42
Interesante lo relacionado con Ceres, en el cinturón de astéroides. Con volcán de agua o hielo, lo que parece ser atmosféra muy tenue. Pero con temperaturas muy frías para la vida. Saludos.
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