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La misma compañía que recientemente «revivió» al lobo terrible ha confirmado un logro científico que despeja el camino para el regreso de esta icónica ave: el cultivo exitoso de células germinales primordiales (PGC) de paloma, el pariente vivo más cercano al dodo.
En términos sencillos, las PGC son las «células madre» de la reproducción, las que se convierten en esperma y óvulos. Dominar su cultivo es el desbloqueo tecnológico fundamental que se necesitaba para tener la «materia prima» con la cual reconstruir una especie extinta.
«Es algo muy, muy difícil de hacer, y lo logramos en 18 meses», explicó Ben Lamm, CEO y cofundador de Colossal. Gracias a este éxito, la empresa ahora puede responder con mayor certeza a la pregunta más frecuente: ¿cuándo volverá el dodo?
«Antes de conseguir esto, no podíamos decir si los dodos tardarían 20 o 30 años en volver», admitió Lamm. «Ahora que tenemos las PGC, confiamos en que en los próximos cinco a siete años podremos ver un dodo, aunque esperamos que sea incluso más rápido una vez que entremos en la fase de edición genética».
De acuerdo a lo reportado por el medio especializado Business Insider, este anuncio llega acompañado de otro hito para la compañía: una nueva ronda de financiación de 120 millones de dólares, elevando su recaudación total a 555 millones y su valoración a más de 10 mil millones de dólares. Con estos recursos adicionales, Colossal está expandiendo su Grupo de Genética Aviar e invirtiendo en programas de conservación que van más allá del dodo.
El proyecto tiene un fuerte componente de restauración ecológica. En Mauricio, el hogar original del ave, Colossal ha formado el Comité Asesor del Dodo de Mauricio (MDAC), un grupo de líderes culturales y científicos que guiarán los esfuerzos de conservación y la eventual reintroducción de la especie en su hábitat natural. «Este viaje es más que revivir una especie perdida; se trata de honrar el patrimonio único de nuestra isla», afirmó la Dra. Devina Lobine, miembro del comité.
Aunque los proyectos de desextinción, que también incluyen al mamut lanudo y al lobo gigante/terrible (dire wolf), generan un gran interés mediático, la Dra. Beth Shapiro, directora científica de Colossal, subraya que el objetivo es más amplio. «Colossal es una empresa de desextinción, pero también somos una empresa de preservación de especies», afirmó. «Estamos interesados en desarrollar tecnologías que podamos usar para hacer que los ecosistemas enteros sean más resilientes».
Shapiro cita el ejemplo de la reintroducción de los lobos en Yellowstone, que transformó paisajes enteros. «No sabemos exactamente cuál era el papel del dodo en Mauricio, pero volver a poner estas piezas en su lugar puede ayudar a los ecosistemas a recuperarse de formas que aún no podemos predecir», añadió.
La compañía reconoce las inevitables preguntas éticas sobre el bienestar animal y los efectos ecológicos de reintroducir criaturas extintas. Sin embargo, Lamm insiste en la importancia de tener estas conversaciones abiertamente para «hacer que la ciencia vuelva a ser genial, como lo fue la NASA para mí cuando era niño». Según Shapiro, ya están viendo los frutos de esta inspiración, con estudiantes que ahora aspiran a ser ingenieros genómicos en lugar de influencers.
Con este avance, la posibilidad de que un dodo vuelva a caminar por Mauricio en tan solo cinco años es más real que nunca. «Es un desarrollo masivo», concluyó Lamm. «Y es solo el comienzo».
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