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Una sorprendente hipótesis científica sugiere que el universo podría poseer una especie de «memoria» integrada en la propia estructura del espacio-tiempo. Esta idea, desarrollada por el físico austríaco Florian Neukart, no solo ofrece una posible solución a la paradoja de la información en los agujeros negros, sino que también podría arrojar luz sobre uno de los mayores enigmas de la cosmología moderna: la materia oscura.
Durante décadas, los científicos han debatido sobre el destino de la información que cae en un agujero negro. Según Stephen Hawking, dicha información se perdería irremediablemente, lo cual contradice los principios de la física cuántica que exigen su conservación. Esta tensión entre teorías dio lugar a la llamada «paradoja de la pérdida de información en los agujeros negros», una de las cuestiones más profundas de la física contemporánea.
Sin embargo, Neukart —profesor asistente en la Universidad de Leiden y director de productos en la empresa de computación cuántica Terra Quantum— propone un nuevo enfoque: la Matriz de Memoria Cuántica (QMM, por sus siglas en inglés). Según explicó en un artículo publicado en New Scientist, el espacio-tiempo estaría compuesto por «células de memoria» capaces de registrar toda la historia del universo, como si se tratara de una gigantesca red de interruptores cuánticos interconectados.
Florian Neukart es un ejecutivo de negocios, informático, físico y autor científico austriaco conocido por su trabajo en computación cuántica e inteligencia artificial.
«¿Cómo puede el espacio vacío almacenar información si no hay nada en su interior que cambie?», se pregunta Neukart. La clave estaría en comprender que, en la física moderna, tanto las partículas como las fuerzas son manifestaciones de campos cuánticos que abarcan el espacio y el tiempo. En este marco, el propio espacio-tiempo estaría formado por células con estados cuánticos variables, como si cada una funcionara como un diminuto dial que puede registrar cambios.
A medida que un objeto se desplaza por el espacio, interactúa con estos «diales» que registran su paso. Incluso cuando un agujero negro se evapora —un proceso que podría durar más de 10¹⁰³ años—, la información que absorbió no desaparece: permanece grabada en el entramado del espacio-tiempo circundante.
«La información no se desvanece después de todo», afirmó Neukart. «Simplemente ha sido escrita en un lugar que no habíamos considerado».
Este modelo, además, no se restringe a la gravedad. El físico austríaco sostiene que la Matriz de Memoria Cuántica se extiende a las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. Incluso especula que el «peso de la información incrustada en el espacio-tiempo» podría ofrecer una explicación alternativa para la materia oscura, ese componente invisible que constituye la mayor parte del universo y que aún elude toda detección directa.
Por ahora, la QMM es una idea audaz y no confirmada, pero encarna perfectamente cómo los grandes enigmas y paradojas de la ciencia pueden ser el motor de nuevas ideas capaces de revolucionar nuestra comprensión del cosmos.
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