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En un avance astronómico sin precedentes, el telescopio espacial James Webb ha capturado la primera imagen directa de un exoplaneta con una masa similar a la de Saturno, orbitando una estrella joven cercana, TWA 7. De confirmarse, este hallazgo representaría la primera detección directa de un planeta por parte del Webb y el planeta más liviano jamás observado mediante esta técnica.
Imagen coronográfica de alto contraste de TWA 7b. La estrella ha sido bloqueada para eliminar su brillo, indicada por un círculo punteado con un símbolo estelar en el centro. Un disco azulado difuso la rodea. Un punto naranja brillante, cercano al centro, señala un planeta que la orbita. Más lejos, otro punto naranja más tenue corresponde a una estrella distante. Créditos: ESA/Webb, NASA, CSA, A.M. Lagrange, M. Zamani.
El descubrimiento fue realizado por un equipo internacional de astrónomos liderado por la Dra. Anne-Marie Lagrange, investigadora del CNRS en el Observatorio de París-PSL y la Universidad Grenoble Alpes (Francia). Utilizando el instrumento de infrarrojo medio MIRI del JWST, junto con su coronógrafo, los científicos lograron identificar una fuente infrarroja tenue en el disco de escombros que rodea a la estrella TWA 7.
La fuente se encuentra a aproximadamente 1.5 segundos de arco de la estrella, lo que equivale a una distancia cercana a 50 veces la que separa la Tierra del Sol. Esta ubicación coincide con las predicciones teóricas de un planeta que estaría moldeando las estructuras visibles en el disco de polvo.
Para captar esta imagen, el equipo empleó la técnica de imágenes de alto contraste, suprimiendo el resplandor de la estrella para revelar objetos débiles cercanos. Luego de aplicar un complejo procesamiento de imágenes para eliminar la luz estelar residual, emergió una fuente infrarroja ubicada en una brecha del anillo de polvo, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de un planeta joven que interactúa activamente con su entorno.
Imagen combinada del disco de escombros que rodea a la estrella TWA 7. La misma muestra datos recopilados entre 2016 y 2022 con el instrumento SPHERE, junto a una superposición de observaciones del telescopio James Webb (MIRI). Las líneas destacan las zonas de mayor densidad de polvo. En el centro, una máscara oculta el brillo residual de la estrella. Abajo, una simulación muestra cómo un planeta similar a Saturno, a unos 52 unidades astronómicas, podría estar esculpiendo el disco a lo largo de millones de años. Crédito: A.-M. Lagrange et al., Nature, 2025.
«Nuestras observaciones revelan un fuerte candidato a planeta que estaría dando forma al disco de escombros de TWA 7, y su posición es exactamente donde esperábamos encontrar un planeta de esta masa», explicó la Dra. Lagrange. Por su parte, Mathilde Malin, coautora del estudio desde la Universidad Johns Hopkins, destacó que «este observatorio nos permite capturar imágenes de planetas con masas similares a las del sistema solar, lo cual representa un paso emocionante hacia una comprensión más profunda de los sistemas planetarios».
Los primeros análisis indican que este objeto, denominado provisionalmente TWA 7b, tendría una masa aproximada de 0.3 veces la de Júpiter (alrededor de 100 masas terrestres) y una temperatura cercana a los 47 °C. Su ubicación dentro de una brecha en el disco sugiere una interacción gravitacional directa, abriendo la posibilidad de que estemos ante la primera evidencia observacional de un disco troyano: un anillo de polvo atrapado en la órbita del planeta.
TWA 7, también conocida como CE Antilae, es una estrella joven de tipo M, ubicada a unos 111 años luz en la asociación TW Hydrae. Con apenas 6.4 millones de años de antigüedad y un disco orientado casi de frente a nosotros, constituye un objetivo ideal para las observaciones de alta sensibilidad del Webb.
Este hallazgo, publicado hoy en la revista Nature, subraya el potencial del flamante telescopio espacial para explorar mundos inexplorados y planetas de baja masa en sistemas cercanos. Las observaciones futuras ayudarán a confirmar la naturaleza planetaria de TWA 7b y a refinar nuestro entendimiento sobre la formación planetaria y la evolución de los discos protoplanetarios.
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