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Capturar solo el 0.1 % de la energía que yace en el interior de la Tierra permitiría abastecer al mundo durante más de 20 millones de años.
El interior de la Tierra alberga una fuente de energía descomunal y, hasta ahora, subestimada. En su núcleo de hierro y níquel, la temperatura alcanza los 5.200 °C, unas cinco veces más que la lava de un volcán. Este calor se propaga por las capas internas hasta la corteza terrestre, producto de la desintegración de elementos radiactivos y el calor remanente de la formación de nuestro planeta. Lo más asombroso es que este núcleo no se enfriará en miles de millones de años.
Aprovechar esta energía geotérmica podría revolucionar el panorama energético global. Según Paul Woskov, investigador del MIT, capturar solo el 0.1 % de esta energía permitiría abastecer al mundo durante más de 20 millones de años. A diferencia de la energía solar o eólica, la geotérmica es constante y no depende de condiciones externas. Sin embargo, perforar más allá de los 400 metros ha sido un desafío técnico insuperable, limitando su aprovechamiento a un 0.3 % del suministro energético mundial.
Los intentos por perforar la corteza terrestre han sido muchos y, en su mayoría, infructuosos. El Kola Superdeep Borehole en Rusia, que alcanzó 12.2 km de profundidad en 1989, se abandonó debido a temperaturas superiores a lo esperado, que hacían inviable la operación.
A pesar de estos obstáculos, la investigación continúa. La clave para superar las limitaciones de la perforación tradicional podría estar en la tecnología de fusión nuclear. Desde los años 70, se han desarrollado girotrones, dispositivos capaces de generar potentes ondas electromagnéticas en el espectro de las microondas. Estas ondas pueden alcanzar temperaturas de hasta 55 millones de grados Celsius (~100 millones de grados Fahrenheit) en reactores de fusión, y ahora se estudia su aplicación en la perforación geotérmica.
En 2018, el MIT fundó Quaise Energy, una empresa que combina la perforación tradicional con girotrones de alta potencia. En una reciente prueba de campo, lograron perforar rocas basales utilizando esta tecnología, lo que allana el camino para perforaciones mucho más profundas.
Concepción artística de una futura planta geotérmica de Quaise Energy, capaz de aprovechar el calor de las rocas supercalientes en las profundidades de la Tierra. Crédito: Héctor Vargas, Quaise Energy.
El objetivo de Quaise Energy es alcanzar 20 km de profundidad en 100 días con un girotrón de 1 megavatio. A esta profundidad, las temperaturas superarán los 500 °C, suficientes para generar electricidad de manera viable y continua. Woskov y su equipo creen que este avance podría reemplazar los combustibles fósiles, aprovechando la infraestructura energética existente.
Si tienen éxito, el sueño de una energía limpia e ilimitada podría convertirse en realidad. La revolución geotérmica podría ser la clave para un futuro libre de carbono y con suministro energético inagotable.
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