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El universo acaba de volverse más dinámico y detallado que nunca gracias al Observatorio Vera C. Rubin, que ha publicado las primeras imágenes oficiales de su misión de 10 años: el ambicioso Legacy Survey of Space and Time (LSST).
La primera imagen completa del cúmulo de Virgo tomada por Rubin muestra una asombrosa variedad de objetos: desde estrellas brillantes que van del azul al rojo, hasta galaxias espirales azules cercanas y grupos de galaxias rojas distantes, lo que demuestra la amplia gama de investigaciones científicas que los datos del telescopio hacen posibles. Crédito: RubinObs/NOIRLab/SLAC/NSF/DOE/AURA.
Ubicado en lo alto del cerro Pachón, en Chile, a más de 1.600 metros sobre el nivel del mar, este observatorio de última generación está diseñado para escanear todo el cielo del hemisferio sur cada tres noches, generando el mapa más amplio y continuo del cosmos jamás intentado.
La joya del Rubin es su telescopio Simonyi de 8.4 metros de apertura y su cámara LSSTCam, la más grande del mundo, con un tamaño similar al de un auto compacto. Cada una de sus imágenes cubre un área equivalente a 45 lunas llenas y puede capturar hasta 10 millones de galaxias en una sola toma.
Una de las primeras imágenes publicadas muestra el cúmulo de Virgo, situado a unos 54 millones de años luz de la Tierra. Solo esa fotografía contiene un «tejido cósmico» de aproximadamente 10 millones de galaxias, lo que representa apenas un 0.05 % de las 20 mil millones de galaxias que se espera registrar al final del proyecto. Se estima que el observatorio recopilará datos sobre 40 mil millones de cuerpos celestes, superando por primera vez la cantidad total de seres humanos que han vivido.
Una versión rotulada de la imagen del Rubin que muestra algunas de las 10 millones de galaxias capturadas en la primera imagen del observatorio. Crédito: RubinObs/NOIRLab/SLAC/NSF/DOE/AURA.
Uno de los aportes más revolucionarios de Rubin es su capacidad para detectar objetos que cambian de brillo o posición, lo que permitirá crear una especie de película multicolor en tiempo real del cielo nocturno. Con una velocidad de escaneo hasta 100 veces mayor que telescopios similares, el Rubin podrá identificar desde estrellas variables hasta explosiones de supernovas e incluso tránsitos planetarios.
En sus primeros días de operación, el observatorio ya ha detectado más de 2.100 nuevos asteroides. Este monitoreo constante no solo beneficiará a la astrofísica, sino que también podría ayudar a identificar posibles amenazas para la Tierra por parte de objetos cercanos.
«El Observatorio Rubin nos permite sumar dinamismo a la observación del universo», expresó Roberto Ragazzoni, presidente del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF). «Entramos en la era de la astro-cinematografía, en la que el tiempo se convierte en una nueva dimensión de estudio».
Las imágenes previas también incluyen zonas como las nebulosas Trífida y Laguna, ubicadas entre 4.000 y 9.000 años luz de distancia, capturadas con una claridad impresionante gracias a la combinación de 678 exposiciones durante más de 7 horas. Los detalles revelan densas nubes de gas y polvo, regiones donde están naciendo nuevas estrellas.
Esta imagen combina 678 fotografías individuales tomadas por el Observatorio Vera C. Rubin (NSF-DOE) en poco más de siete horas de observación. Al combinar múltiples imágenes de esta manera, se revelan con claridad detalles que de otro modo serían tenues o invisibles, como las nubes de gas y polvo que conforman la nebulosa Trífida (arriba) y la nebulosa de la Laguna, ambas ubicadas a varios miles de años luz de la Tierra. Crédito: NSF-DOE.
En otra imagen parcial del cúmulo de Virgo se observan galaxias espirales prominentes y otras en proceso de colisión y fusión, demostrando la capacidad del Rubin para observar los fenómenos más sutiles y distantes del universo.
«El Rubin capturará lo que nunca hemos visto, lo que cambia, lo que nace y lo que muere en el cielo», señaló Sara Bonito, de la junta directiva de la LSST Discovery Alliance. «Y lo hará en tiempo real, brindando a la humanidad la oportunidad de presenciar fenómenos fugaces que antes pasaban desapercibidos».
A medida que el LSST se acerca a su pleno funcionamiento, previsto para los próximos meses, científicos y astrónomos de todo el mundo se preparan para una década de descubrimientos sin precedentes. Además de estudiar materia oscura y energía oscura —los grandes misterios del universo— el proyecto servirá como laboratorio para nuevas tecnologías de análisis de datos, gracias a su sofisticado software de procesamiento conocido como LSST Science Pipelines.
El Observatorio Rubin lleva su nombre en honor a la pionera astrónoma estadounidense Vera C. Rubin, quien encontró pruebas concluyentes de la existencia de enormes cantidades de materia invisible conocida como materia oscura. Comprender la naturaleza de la materia oscura, la energía oscura y otros grandes misterios del cosmos es uno de los objetivos centrales de la misión del Observatorio Rubin. Crédito: RubinObs/NOIRLab/SLAC/NSF/DOE/AURA/T. Matsopoulos.
«Las imágenes previas ya muestran el poder único del Rubin para observar el cosmos como nunca antes», explicó Andrés Plazas Malagón, investigador de Stanford y miembro del equipo científico del observatorio. «Como cosmólogo observacional, me siento orgulloso y emocionado por lo que viene».
La era estática del universo ha terminado. Con el Observatorio Vera C. Rubin, comienza una nueva etapa en la que el cielo cobra vida.
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