La misteriosa estela ibérica con símbolos que nadie puede leer

Extraños símbolos grabados sobre una ancestral estela de piedra hallada en 2002 en Montoro (Córdoba, España) aún desconciertan a los expertos, quienes creen que los grabados podrían ser la muestra de escritura monumental sin descifrar más antigua de Iberia.

Una mujer contempla la estela ubicada actualmente en el Museo Arqueológico de Montoro.

La losa de piedra data de la Edad del Hierro y sus símbolos parecen formar parte de un mejunje donde pueden identificarse varias culturas: española, griega, ibera, cananea y árabe. En aquellos tiempos remotos, todas estas culturas mencionadas tuvieron cierto nivel de actividad en la península ibérica.

La estela epigráfica de Montoro mide 1.5 metros de alto por 85 cm de ancho. Sus grabados datarían de entre el siglo 9 y 3 antes de Cristo, de acuerdo a la investigación publicada esta semana en Antiquity.

La estela epigráfica de Montoro.

Leonardo García Sanjuán, miembro de la Universidad de Sevilla y uno de los autores del estudio, detalla que «la estela está hecha de piedra local con signos de orígenes diversos y parece que no fue utilizada para formar un texto comprensible».

Aunque no está claro cuál era el objetivo de estos grabados, por ahora se barajan dos hipótesis principales.

La primera es que «los lugareños —quienes probablemente eran iletrados— replicaron en piedra signos que habían visto o sobre los que habían oído hablar, y que probablemente no comprendían», explica Sanjuán. «Esto reflejaría un contacto temprano entre la gente local y la gente fuera de Iberia —fenicios provenientes del Mediterráneo Oriental sobre todo—».

Los arqueólogos excavaron una pequeña parte del campo donde fue hallada la estela (foto), pero no lograron descubrir ningún artefacto adicional que ayude a revelar su misterio.

Los fenicios son conocidos por ser los creadores del primer alfabeto. Habitaron las ciudades costeras, Tiro, Sidón, Biblos y Arwad, en lo que es hoy el Líbano y Siria. Su influencia se expandió a través del Mediterráneo hasta la Península Ibérica, donde establecieron asentamientos y puestos de comercio.

La segunda hipótesis, es que los grabados sobre la estela fueron hechos a finales de la Edad de Hierro, durante la expansión del Imperio romano. Los cartagineses al mando de Aníbal se establecieron en Iberia por un tiempo con el objetivo de explotar el oro y la plata de la región. Permanecieron allí desde el 575 a.C. hasta el 206 a.C., cuando fueron derrotados por los romanos.

Detalle de símbolo grabado en la estela.

Los romanos y los cartagineses tenían entre sus filas a personas de diversas culturas, lo que podría explicar por qué hay tantos caracteres diferentes en la estela.

«Para la gente que lo hizo debió ser algo trascendente», acota Sanjuán. «A nivel cultural, se recoge dentro de la tradición del concepto conocido como piedras levantadas que permiten monumentalizar lugares importantes del territorio, y su escritura tuvo que contener connotaciones mágicas».