El arqueólogo estadounidense John Ruskamp ha descubierto en el Monumento Nacional de la ciudad de Albuquerque, en Nuevo México, una serie de petroglifos antiguos chinos hechos hace 3.300 años

Ruskamp cree que los pictogramas mostrados en esta imagen, hallados en Arizona, pertenecen a una ancestral escritura china.

Las excepcionales inscripciones fueron registradas en el área del monumento que protege una gran cantidad de recursos naturales y culturales: cinco conos volcánicos, cientos de yacimientos arqueológicos y aproximadamente unas 25.000 imágenes creadas por los pueblos indígenas y los primeros inmigrantes españoles, informa The Epoch Times.

Con la ayuda de expertos sobre la cultura Neolítica de China, Ruskamp ha sido capaz de descifrar los pictogramas (mostrados aquí con sus traducciones). La escena detallaría el sacrificio ritual de un perro al rey Da Jai de la tercera Dinastía Shang.

El equipo de expertos que colaboró con Ruskamp ha concluido que los petroglifos posiblemente fueron escritos por unos exploradores chinos de la época de la dinastía Shang que gobernó en China entre los siglos XVII y XI antes de Cristo. Esto significa que los chinos llegaron al actual territorio de EE.UU. casi 2.800 años antes de la llegada de Colón a América.

Este cartucho, que forma parte del conjunto hallado en Arizona, es un antiguo símbolo para «regresando juntos». Ruskamp insiste que las marcas de erosión y la edad de las inscripciones sugieren que no son falsificaciones.

Los científicos lograron descifrar algunas de las inscripciones encontradas. La forma y el contenido de las imágenes permiten sostener que los petroglifos son originales. Un artículo científico dedicado a la investigación actualmente se encuentra en revisión.

Ruskamp también afirma que la evidencia de ADN indica que los nativos americanos y las poblaciones asiáticas comparten muchos rasgos en común. «Por siglos, los investigadores han debatido si en tiempos precolombinos hubo intercambios significativos entre la gente de Asia y la de América; pues aquí tenemos evidencia epigráfica sólida como la roca que los exploradores asiáticos no solo llegaron a América, sino que interactuaron positivamente con los nativos americanos, y en múltiples ocasiones, antes que cualquier europeo llegara al continente», concluyó el investigador.