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En un anuncio que marca un antes y un después en la historia del juego, Mattel —la compañía responsable de marcas emblemáticas como Barbie, Hot Wheels y Uno— ha sellado una alianza estratégica con OpenAI, creadora del popular ChatGPT, para desarrollar juguetes potenciados por inteligencia artificial.
El primer producto fruto de esta colaboración será presentado a finales de 2025, y aunque aún no se revelaron detalles concretos, todo apunta a una nueva generación de juguetes capaces de conversar en tiempo real, sin depender de frases preestablecidas.
Esto podría significar, por ejemplo, que la próxima Barbie no solo hable, sino que escuche, piense y responda de forma fluida, adaptándose al diálogo y la imaginación de quien juega con ella. Ya no sería una muñeca con respuestas grabadas, sino una compañera virtual en forma física, con la que un niño podría mantener conversaciones abiertas, improvisadas y personalizadas.
La integración de inteligencia artificial en los juguetes plantea interrogantes tan fascinantes como inquietantes. Por un lado, estos avances prometen enriquecer la experiencia lúdica: estimular la creatividad, desarrollar habilidades sociales, fomentar la curiosidad y ofrecer compañía en momentos de soledad. Por otro lado, surgen preguntas sobre su impacto en el desarrollo emocional e imaginativo: ¿los niños seguirán creando mundos propios, o simplemente reaccionarán a lo que proponga la IA?
Mattel y OpenAI aseguran que la seguridad, la privacidad y la adecuación por edad serán ejes centrales de esta nueva etapa. Con más de 80 años de trayectoria en el entretenimiento familiar, la empresa afirma que está preparada para incorporar esta tecnología de forma «segura, innovadora y responsable».
OpenAI partners with Mattel!
AI in toys?#WorldToday #ITVideo | @cyrusthewhyrus pic.twitter.com/tN24vGoo9l— IndiaToday (@IndiaToday) June 16, 2025
Pero hay algo más: la introducción de juguetes con inteligencia artificial podría estar preparando a las nuevas generaciones para un mundo en el que convivir con máquinas pensantes —ya sean asistentes virtuales, robots humanoides o sistemas inteligentes— será parte de la vida cotidiana. Así como generaciones anteriores aprendieron a convivir con computadoras y teléfonos inteligentes, hoy los niños podrían estar desarrollando desde pequeños habilidades sociales y cognitivas que necesitarán en un futuro compartido entre humanos y máquinas.
La alianza entre Mattel y OpenAI es solo la punta del iceberg. En un mundo cada vez más digitalizado, la llegada de juguetes inteligentes parece inevitable. Ya no se trata solo de entretener, sino de crear experiencias adaptativas, educativas y emocionalmente significativas.
Aún así, es crucial mantener una mirada crítica. ¿Qué límites deberíamos establecer? ¿Cómo garantizar que el rol de los padres y la imaginación libre no queden desplazados por la tecnología? ¿Y cómo prevenir una posible dependencia afectiva de los niños hacia sus juguetes «inteligentes»?
Mientras se abre este nuevo capítulo en la historia del juego, una cosa es segura: la infancia está a punto de entrar en una era donde la magia no solo viene en forma de cuentos, sino también de código.
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¿Una Barbie que escucha, responde y se adapta? Mattel y OpenAI lanzan juguetes con IA para finales de 2025. ¿Compañera de juegos o asistente emocional precoz? La infancia no debería ser campo de pruebas para vínculos con máquinas. Los niiños que jueguen, imaginen y se equivoquen con otros humanos. La IA puede acompañar, pero no sustituir.