Avi Loeb sugiere que la vida en la Tierra fue «reseteada» hace 66 millones de años para plantar la inteligencia

¿Y si no fue una roca la que extinguió a los grandes saurios, sino algún objeto gigante que colisionó con la Tierra para «resetear» la vida biológica en el planeta?

El Dr. Avi Loeb, reconocido científico de la Universidad de Harvard, ha trascendido el debate sobre si objetos como 3I/ATLAS son naves alienígenas para plantear una pregunta aún más profunda y provocadora: ¿y si la inteligencia en nuestro propio planeta fue el resultado de una intervención extraterrestre deliberada?

Así lo sugirió en una reciente entrevista con la Dra. Mayim Bialik, neurocientífica y actriz en series tales como The Big Bang Theory, quien preguntó si debía considerar la posibilidad de que hubo una visita interestelar de un ser que insertó inteligencia en nuestro ADN evolutivo.

«Es posible», respondió Loeb, proponiendo abiertamente la posibilidad de que la evolución humana no sea un proceso puramente endógeno y sugiriendo que la aparición de la inteligencia en la Tierra fue «el resultado de una visita de algún jardinero interestelar que decidió introducirla en este planeta».

El científico de Harvard argumenta que simplemente no podemos saberlo con certeza, ya que la historia documentada por la humanidad apenas cubre los últimos 8.000 años, dejando eones de historia planetaria sin registrar.

Asimismo, Loeb señala que el Último Ancestro Común Universal (LUCA, por sus siglas en inglés) apareció hace 4.200 millones de años, solo 300 millones de años después de la formación de la Tierra, y «no sabemos de dónde vino». Una de las posibilidades científicas que menciona es la panspermia: la teoría de que la vida fue transportada entre planetas a través de rocas. Dado que Marte se enfrió antes que la Tierra y tuvo agua, es posible que la vida comenzara allí y llegara a nuestro planeta en un meteorito.

De la panspermia a los visitantes actuales

Es esta posibilidad de un origen extraterrestre de la vida —ya sea accidental por panspermia o intencional por un «jardinero»— lo que alimenta su fascinación por los objetos interestelares actuales. Para Loeb, cada uno de estos visitantes es una oportunidad única de encontrar respuestas.

Su interés se ve intensificado por la inminente llegada de una nueva era en la astronomía, en la que el Observatorio Rubin descubrirá un nuevo objeto interestelar cada pocos meses, un aumento drástico comparado con los únicos tres detectados en los últimos ocho años.

Imágenes de 3I/ATLAS obtenidas recientemente por el telescopio Gemini Sur en Chile.

Por eso, cuando un objeto como 3I/ATLAS muestra anomalías —como un tamaño descomunal, un brillo frontal en lugar de una cola cometaria o una trayectoria tan perfectamente alineada con los planetas que la probabilidad de que sea una coincidencia es mínima—, Loeb insiste en que debemos considerar todas las posibilidades, incluida la de que sea tecnología alienígena. Cada nuevo visitante podría ser la pieza clave para entender no solo si hay vida inteligente en el cosmos, sino si esa misma inteligencia tuvo algo que ver con nuestra propia existencia.

Por MysteryPlanet.com.ar.