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Científicos del Instituto de Investigación sobre Exoplanetas (IREx) de la Universidad de Montreal han confirmado el hallazgo de un quinto planeta en el sistema L 98-59, ubicado a tan solo 35 años luz de la Tierra.
Representación artística del sistema multiplanetario L 98-59. Cinco pequeños exoplanetas están en órbitas compactas alrededor de esta enana roja, situada a 35 años luz. En primer plano, se observa la supertierra de la zona habitable L 98-59 f, cuya existencia fue confirmada en este estudio. Crédito: Benoît Gougeon, Universidad de Montreal.
La enana roja L 98-59 es una estrella mucho más pequeña y fría que nuestro Sol. Hasta el momento, se sabía que a su alrededor se encontraban cuatro planetas en órbitas sorprendentemente compactas —mucho más pequeñas que la distancia entre Mercurio y el Sol—.
El planeta más cercano, L 98-59 b, es solo un 84 % del tamaño de la Tierra y tiene la mitad de su masa, lo que lo convierte en una de las «subtierras» más caracterizadas hasta la fecha. Tanto este mundo como el que sigue en orden orbital, podrían experimentar intensa actividad volcánica debido al calentamiento por marea, un fenómeno que recuerda a la luna Io de Júpiter. Por otro lado, el tercer planeta presenta una densidad inusualmente baja, lo que sugiere que podría ser un «mundo acuático», cubierto de agua de manera diferente a cualquier otro en nuestro sistema solar.
El descubrimiento de un quinto planeta, L 98-59 f, es uno de los más emocionantes. Recibe la misma cantidad de energía de su estrella que la Tierra del Sol, lo que lo coloca en la zona habitable, donde el agua podría mantenerse en estado líquido.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigación dirigido por Charles Cadieux, de la Universidad de Montreal, empleó una nueva técnica de análisis de datos para mejorar la precisión de las mediciones. En lugar de solicitar más tiempo de observación, aprovecharon los datos archivados de varios telescopios, como TESS de la NASA, los espectrómetros HARPS y ESPRESSO en Chile, y el telescopio espacial James Webb. Esta combinación de datos reveló la presencia de L 98-59 f, la cual quedó en evidencia gracias a variaciones en el movimiento de la estrella anfitriona, observadas con precisión a través de la medición de la velocidad radial.
Esta infografía muestra una comparación entre el sistema de exoplanetas L 98-59 (arriba) y parte de la zona interior del Sistema Solar (Mercurio, Venus y la Tierra), destacando las similitudes entre ambos. Crédito: ESO/L. Calçada/M. Kornmesser/MysteryPlanet.com.ar.
Asimismo, la plétora de información recopilada permitió aislar y eliminar el ruido producido por la actividad estelar, revelando con mayor claridad los detalles de los demás planetas del sistema.
Con su proximidad y la diversidad de planetas que alberga, L 98-59 es un objetivo ideal para futuras investigaciones, especialmente con el telescopio espacial James Webb.
Este sistema ofrece una oportunidad única para estudiar la formación de planetas rocosos alrededor de estrellas enanas rojas y para explorar la capacidad de estos planetas para mantener atmósferas durante largos periodos.
Además, la confirmación de un planeta en la zona habitable refuerza el interés por estudiar mundos que podrían tener condiciones adecuadas para la vida.
Fuente: U. Montreal. Edición: MP.
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