Este es el caso que dio origen al término «platillo volador» e inició la era moderna del fenómeno ovni. A continuación encontrarán un artículo dividido en tres partes; la primera bajo este párrafo, y más abajo: La existencia de los Platillos Voladores y el Caso Kenneth Arnold, y Contradebunkeando el Caso Arnold.

Fate - Kenneth Arnold.El 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold, un hombre de negocios de 32 años, de Boice, Idaho, volaba en un avión monomotor a 2,800 metros de altura sobre las montañas Cascades, en el estado de Washington. Era una hermosa tarde soleada, y Arnold estaba admirando la espléndida vista cuando súbitamente un resplandor blanco azulado interrumpió su ensoñación. “¡Una explosión!”, pensó de inmediato. Parecía cercana. El reloj del panel de instrumentos marcaba las 3 menos cinco minutos. Su corazón latía mientras esperaba el ruido y sacudón del estallido. Los segundos pasaron y nada ocurrió.

Arnold examinó el cielo en todas direcciones. “El único avión real que vi —recordó más tarde— fue un DC-4 algo más atrás a mi izquierda, aparentemente en su ruta San Francisco-Seattle”. Empezó a respirar con más facilidad y, entonces, otra brillante llamarada blanca y azul iluminó la cabina. Esta vez vio que la luz venía del norte, delante de su avión.

En la distancia distinguió una formación de deslumbrantes objetos que pasaban rasando los picos a increíble velocidad. Arnold supuso que se trataba de un escuadrón de los nuevos cazas jets de la Fuerza Aérea que estaban empezando a ponerse en servicio. La distancia era difícil de establecer, pero pensó que podrían estar a unos 30 kilómetros. Nueve de ellos volaban en estrecho escalonamiento. Cada pocos segundos, alguno se hundía o inclinaba ligeramente reflejando en forma enceguecedora la luz solar sobre su superficie brillante como un espejo.

El piloto calculó que su envergadura era de unos 13 a 15 metros, y trató de medir su velocidad. Cuando el primer objeto pasó vertiginosamente sobre el Monte Rainier, su reloj marcaba exactamente las 3 menos un minuto. Cuando el último pasó rasando la cima del Monte Adams el tiempo transcurrido fue de un minuto 42 segundos.

Luego examinó su mapa: los picos estaban separados entre sí por 75,6 kilómetros. Hizo un cálculo: la velocidad era de 2.664.5 kilómetros por hora, cerca de tres veces mayor que la de cualquier jet que hubiera oído hablar hasta entonces.

Arnold aterrizó en Yakima a eso de las 4 de la tarde y corrió a contarle lo ocurrido a su amigo Al Baxter, gerente de Central Aircraft. Baxter llamó a varios de sus pilotos para que escucharan el sorprendente relato. Uno de ellos pensó que los objetos podrían ser una salva de misiles teleguiados provenientes de una pista de lanzamiento cercana. ¿Pero por qué las inclinaciones y giros? Tales capacidades no se ajustaban a ningún cohete conocido.

Un rato más tarde, Arnold despegó para dirigirse a Pendleton, Oregon. La noticia de su experiencia lo había precedido, y un enjambre de periodistas rodeó su avión en el aeropuerto. Cuando relató su historia, fue abrumado por preguntas, algunas de ellas suspicaces, como poniendo en duda lo referido. Pero él insistió en sus datos y al final hasta los escépticos se sintieron impresionados. Arnold parecía el más honesto de los ciudadanos. Era un exitoso vendedor de equipos contra incendios y un experimentado piloto de búsqueda y rescate. Había acumulado más de 4.000 horas en el aire y había volado sobre las montañas Cascades muchas veces.

Cuando se le pidió que describiera a los misteriosos objetos, luchó por encontrar las palabras adecuadas. Pensaba que parecían lanchas de carrera en aguas revueltas o tal vez la cola de un barrilete llevada por el viento. Después dijo: “Volaban como lo haría un platillo si uno lo lanzara por la superficie del agua”.

Algunos periodistas insistieron en cuestionar los cálculos de Arnold, preguntándose sobre la exactitud de los datos. No había usado ningún instrumento especial, sólo la vista. Aun así, el cálculo más bajo de velocidad era de 2.172 kilómetros por hora. Los objetos no podían ser jets, y no volaban como misiles. La mayoría de los que escucharon a Ken Arnold ese día se convencieron de que había visto algo en extremo inusual, algo que tal vez no era de este mundo. Era una idea fantasma, y algo alarmante.

Kenneth Arnold, quien inauguró el neologismo "plato volador".

El incidente de las Cascades provocó considerables debates y comentarios, algunos de ellos burlones, entre los científicos. Como Arnold era un hombre creíble, los críticos se centraron en la posibilidad de un error o ilusión honestos. Un científico señaló que el ojo humano no tiene poder de resolución para distinguir objetos de 13 a 15 metros de diámetro a una distancia de 30 kilómetros. Arnold debió equivocar la distancia: los objetos que vio debieron haber estado mucho más cerca. Probablemente se trataba de una formación de aviones a reacción militares que volaban a velocidad subsónica, lo que parecería fantásticamente rápido a corta distancia. Otro argumentó que como Arnold había establecido las distancias usando las montañas como puntos de referencia fijos, su estimación del tamaño debía de estar equivocada; los objetos eran mucho más grandes de lo que había creído, bombarderos probablemente.

La Fuerza Aérea no negó ni admitió tener aviones en el aire cerca de las Cascades en aquel momento. Meramente descartó el relato como una ilusión óptica, un espejismo en el cual los picos de las montañas parecían flotar por encima de la Tierra como consecuencia de una capa de aire caliente.

Sea lo que fuere lo que Arnold vio o no vio, su relato marcó el comienzo de lo que llegó a conocerse como la moderna era del platillo volador. En los días siguientes al 24 de junio, por lo menos otras veinte personas en puntos ampliamente separados del país dijeron haber visto objetos similares en el cielo.

Según se informó, algunos de los avistamientos ocurrieron el mismo día del encuentro de Arnold. Otros lo habían precedido. Unos pocos se dieron uno o dos días después. En todo caso, un historiador de la época escribió: “Las compuertas estaban ahora abiertas, y un aluvión de noticias semejantes se produjo a continuación. Pero no necesitó un hombre del carácter y profunda convicción de Arnold para abrirla”.

Lo que siguió fue un fenómeno único. En aproximadamente los cinco años siguientes se informó sobre miles y miles de avistamientos de objetos voladores no identificados. Llegaban en oleadas, después de períodos de relativa tranquilidad, y en un sólo mes podían producirse cientos de informes. Los ovnis se convirtieron en un tema común en la prensa, y entre actores cómicos y autores de historietas.

Mapa del lugar donde Arnold tuvo el encuentro con los ovnis.

Y a medida que los ovnis empezaron a ocupar la conciencia del público, millones de palabras se escribían sobre ellos, y los científicos entablaban largos y a veces acalorados debates sobre el tema. ¿Podrían ser reales los ovnis? Si la respuesta es afirmativa, ¿qué inteligencia hay detrás de ellos? ¿Y qué busca esa inteligencia? ¿Es amistosa? ¿Simplemente curiosa? ¿De dónde vienen esas cosas? ¿Se originaron en la Tierra? ¿O son máquinas y criaturas de algún lugar que está más allá, en alguna de esas misteriosas estrellas titilantes en la negra vastedad del espacio?

Los que creían verdaderamente en esos extraños objetos le encontraron sentido a casi todos los relatos, mientras que los escépticos totales se negaron a dar crédito aún a sus propios ojos. La Fuerza Aérea de Estados Unidos, guardiana de los cielos de su país, luchó durante años con el fenómeno, quitándole importancia a los ovnis públicamente, pero analizando al mismo tiempo los relatos sobre ellos, en particular los de sus propias tripulaciones aéreas, altamente capacitadas. Las investigaciones se iniciaron, interrumpieron e iniciaron nuevamente bajo varias clasificaciones de seguridad. Algunas veces los militares cooperaron con los investigadores privados. Otras, se negaron a divulgar cualquier información sobre los ovnis. Subyacía el constante temor de que tal vez algunos de estos objetos inexplicables eran armas secretas soviéticas.

A medida que pasaba el tiempo, Washington pareció llegar a la conclusión de que el tenaz furor de los ovnis era en sí mismo un mayor peligro para la tranquilidad y seguridad públicas que los propios ovnis. De manera creciente, la Fuerza Aérea y otras agencias gubernamentales se esforzaron por negar, ridiculizar, explicar naturalmente o descartar en alguna otra forma el fenómeno ovni. La campaña estuvo marcada por confusiones, contradicciones y, a veces, descarada falsedad. Y fracasó en su propósito. Los incansables ovnis continuaron intrigando al público norteamericano con una sucesión de visitas cada vez más fascinantes y perturbadoras.


La existencia de los Platillos Voladores y el Caso de Kenneth Arnold. Reflexiones.

Por Mauricio A. Fuentes

Cualquier persona que estudie casos ufológicos puede afirmar con relativa certeza el hecho de que existen muchísimas formas de OVNIs. Universalmente los testigos han reportado esferas de apariencia metálica, esferas luminosas, cilindros gigantes, cilindros pequeños tanto verticales como horizontales, elipsoides, conos, boomerangs, paralelepípedos rectos, y entre muchas otras formas aún mas extrañas, los testigos han declarado ver discos voladores; también llamados platillos voladores.

Para algunos ufólogos está claro que los OVNIs existen... pero la pregunta es: ¿existen los platillos voladores? Eso es algo en lo que no todos los ufólogos están de acuerdo.

El tema es largo, por lo cual solo me dedicaré en este artículo a una idea que ha sido popularizada usualmente por los escépticos y que se basa en el avistamiento de OVNIs de Kenneth Arnold.

Como algunos saben, el 24 de Junio de 1947, el piloto Kenneth Arnold avistó desde su avión un grupo de 9 extraños objetos voladores que reflejaban la luz del Sol. Existe concordancia entre escépticos y creyentes en el hecho de que Arnold dijo que los objetos realizaban movimientos demasiado inusuales.

Existe una controversia entre escépticos y creyentes acerca de la velocidad que llevaban los objetos. Los escépticos creen que los objetos estaban cerca del avión de Arnold y que por lo tanto no se movían todo lo rápido que Arnold había calculado. Los partidarios de que realmente vio un OVNI consideran que los objetos estaban lejos como dijo Arnold y que por lo tanto se movian a una altísima velocidad.

Sin embargo, la más grande de las controversias es sobre la forma que tenía el objeto. Según algunos escépticos, lo que vió Arnold tenía forma de Boomerang o algo similar.

La figura 1 muestra al mismo Kenneth Arnold posando para una foto en la que aparece un dibujo de uno de los objetos que vio, según Arnold en el año 1952.

Figura 1 -- Foto de Arnold mostrando un dibujo del año 1952 en que uno de los nueve objetos tenía forma de boomerang. El Dibujo fue realizado 5 años después del avistamiento (de referencia 5).

El hecho de que uno de los nueve objetos haya tenido forma similar a la de un boomerang les permitió a los escépticos llegar a la errónea conclusión de que todos los objetos que vio Arnold fueron probablemente aviones tipo “ala volante”, cuya forma es semejante a la de un boomerang. Esto a pesar de que Arnold dijo que solamente uno de los objetos tenía esta forma, y que el resto de los objetos tenía la forma que aparece en la figura 2 (ver más abajo), figura la cual es cronológicamente anterior a la figura 1.

Según los escépticos, el periodista William Bequette, que entrevistó por vez primera a Arnold, interpretó mal la descripción de Arnold y escribió “objetos con forma de platillo que volaban a velocidades increíbles”. Según la teoría escéptica, esto habría desencadenado una histeria que hizo que la gente imaginará platillos voladores absolutamente inexistentes, pues los objetos que había visto Arnold tenían otra forma. Según los escépticos, si los objetos hubieran sido descritos bien por el periodista, entonces las gentes utilizarían la palabra “Boomerangs Voladores” en vez de “Platillos Voladores”

Un primer problema con esta teoría es bastante evidente, la teoría no explica por qué la gente de esos tiempos también veía esferas de apariencia metálica y/o luminosa, conos, cilindros, y otros objetos aerodinámicamente anómalos.

Tampoco explica por qué se producían avistamientos por testigos escépticos, o por gente que no había escuchado hablar del fenómeno.

Pero la teoría escéptica tiene otras objeciones aún mas graves. Acompáñeme a revisarlas.

El problema de la interpretación de los escépticos es que Arnold había descrito verbalmente los objetos con la forma mostrada en la figura 2 (ver mas abajo) en 1947 justo después de su avistamiento. Y la descripción de los objetos NO era con forma de boomerang. (ref. 4)

En efecto, tan solo algunos días después del avistamiento, Arnold realizó un dibujo con la forma de los objetos en un extenso informe que el mismo Arnold entregó confidencialmente a la fuerza Aérea Norteamericana. La figura 2 muestra el dibujo realizado por Arnold en 1947.

Figura 2 -- IZQUIERDA: Dibujo hecho por Arnold en el año 1947 tan solo a 17 días de ocurrido el avistamiento. La forma de boomerang no aparece por ningún lado. El dibujo muestra al objeto como si fuera visto desde arriba (Top). DERECHA: En esta parte del dibujo Arnold ilustra cómo se veían estos objetos desde el costado (Side View). En el informe que acompañó a este dibujo, Arnold menciona varias veces la forma claramente redondeada de los objetos.

Figura 2 -- IZQUIERDA: Dibujo hecho por Arnold en el año 1947 tan solo a 17 días de ocurrido el avistamiento. La forma de boomerang no aparece por ningún lado. El dibujo muestra al objeto como si fuera visto desde arriba (Top). DERECHA: En esta parte del dibujo Arnold ilustra cómo se veían estos objetos desde el costado (Side View). En el informe que acompañó a este dibujo, Arnold menciona varias veces la forma claramente redondeada de los objetos.

El dibujo de la figura 2 es razonablemente cercano a la forma de un platillo, ¿o me equivoco?

¿Es posible que el dibujo de la figura 2 haya sido realmente un aparato con forma discoidal? Yo creo que sí. Y me estoy basando en el hecho de que Arnold lo vio desde lejos y perfectamente pudo haberlo deformado levemente.

Pero también me estoy basando en otro avistamiento ocurrido muy cerca del lugar donde Arnold vio los objetos. Me refiero al avistamiento de Fred Johnson, ocurrido el mismo día y casi a la misma hora que el avistamiento de Kenneth Arnold. Fred Johnson vio a través de su telescopio un grupo de 5 o 6 objetos que “parecían discos metálicos”. Fred Johnson aseguró que no fue influenciado por la noticia de Arnold porque esta no fue transmitida hasta el atardecer.

Pero esto no es todo, porque también ocurrieron avistamientos de objetos discoidales antes del avistamiento de Kenneth Arnold. El 21 de junio de 1947, los habitantes de Spokane, Washington, reportaron haber visto 8 objetos con forma de disco, del tamaño de una casa, volando a unos 900 km/h. Lo extraño es que repentinamente estos objetos se detuvieron y descendieron lentamente, aterrizando sobre la orilla de un río ante la presencia de 10 personas. El 23 de Junio, en Cesar Rapids, Iowa, un ingeniero ferroviario vio 10 objetos voladores movedizos y brillantes con forma de disco. El mismo día, el piloto Richard Rankin vio una formación de 10 objetos, en Bakersfield, California. Los objetos volaban hacia el norte y también tenían forma de disco. (ref. 7)

He encontrado también referencias a avistamientos de platillos años antes de Kenneth Arnold. Por ejemplo, el profesor Ziegel (padre de la ufología rusa) describe un avistamiento de mayo de 1946 cuando pilotos y cuidadanos rusos ven un ovni con forma de platillo (ref. 2). El investigador español Antonio Ribera (ref. 3) describe un caso de unos voluntarios españoles que combatían junto a los alemanes. Durante una batalla de aviación entre alemanes y rusos, los españoles vieron un objeto con forma de disco posicionado por sobre los aviones. Según un testigo, flotaba “como si mirara la batalla”. Finalmente el objeto se alejó a una altísima velocidad. Esto ocurrió en Pushkino en el año 1943. Existen más casos de objetos con forma de platillos antes de Kenneth Arnold.

Por si todo esto fuera poco, la verdad es que SI existen fotos de objetos con forma de disco, muchas de las cuales no pueden considerarse fraudes. Es cosa de buscar y se encontrará tales fotos y videos.

La teoría de las alas volantes

Existen algunos intentos de explicaciones convencionales al avistamiento de Arnold: meteoros, pelícanos, reflejos, etc. Ninguna de ellas resiste un análisis serio. Sin embargo, la hipótesis más recurrente es la de los aviones tipo “las alas volantes”.

Según algunos escépticos, el avistamiento de Arnold correspondió a un grupo de aviones norteamericanos conocidos como las alas volantes, cuya forma podría asimilarse a un boomerang, siendo generosos. El fabricante de tales aviones era la empresa Northrop.

Sin embargo, la teoría de las alas volantes tiene varios problemas:

i) Hace caso omiso del aceptado hecho de que Arnold describe (en todas sus declaraciones) que los objetos tenían movimientos no convencionales. Esto descarta a las “alas volantes”, pues al fin y al cabo, las “alas volantes” eran nada más que aviones y se movían como aviones. Las alas volantes tenían rendimientos aerodinámicos mediocres.

ii) Hace caso omiso al dibujo de la figura 2, el cual, como ya sabemos, fue hecho solo un par de semanas después del avistamiento y que también corresponde a la declaración verbal hecha por Arnold después del avistamiento (ref. 4)

iii) La hipótesis de las alas volantes no tiene ninguna evidencia. Más aún, tiene evidencias en contra. El ufólogo Kevin Randle (ref. 6), dice que los registros militares de bitácoras de vuelo indican que las alas volantes Northrop estaban en reparaciones en Junio y Julio de 1947, y que además no había nueve alas volante en existencia. Otros modelos de productores de alas volantes en el mundo, como los hermanos Horten, tampoco gozan de ninguna evidencia para el caso Arnold.

Conclusiones

A) Los objetos que vio Arnold pudieron perfectamente haber tenido forma de discos, dada la distancia lejana a la que los vio, y la razonable similitud con el objeto dibujado en la figura 2.

B) Existen otros avistamientos de objetos con forma de platillos o de discos antes, durante, y después del avistamiento de Arnold.

C) La Teoría de las alas volantes no tiene evidencia a favor y si tiene evidencias en contra. El resto de las teorías son absurdas.

D) Por virtud de los tres puntos anteriores, es altamente probable que lo que Arnold haya visto eran verdaderos discos, y que lo que vieron otros testigos antes y después del caso Arnold, hayan sido también objetos discoidales, entre muchas otras formas aerodinámicamente anómalas (esferas, cilindros, ovoides, etc).

E) La idea de que el “mito de los platillos voladores” comienza “injustificadamente” con el avistamiento de Arnold es una idea falsa, promocionada en muchos sitios de corte escéptico, pero sin ningún tipo de análisis serio ni critico del caso.

F) El hecho de que existan algunas fotografías confiables de objetos discoidales también destruye la noción de que los ovnis tipo disco sean un constructo psicológico.

Referencias:
1) Declaración confidencial de Arnold a la Fuerza Aérea, en la base de Wright Field, Ohio. http://www.nicap.org/arnoldka.htm
2) Ion Hobana y Julien Weverbergh, “Platillos volantes tras la cortina de Hierro” Javier Vergara Editor, 1978.
3) Antonio Ribera, “Platillos Volantes en Íbero América y España”, Editorial Pomaire, 1968.
4) Pierre Lagrange, “El Affaire Kenneth Arnold”, en revista “La Nave de los Locos”, Marzo 2004, Pág. 33, párrafo 2.
5) “The Coming of the Saucers” Kenneth Arnold & Ray Palmer.
6) Blog de Kevin Randle.
7) Richard M. Dolan “UFOs and the National Security State”.


CONTRA-DEBUNKEANDO EL CASO ARNOLD

Por Cristian Juri

Algunos escépticos, siempre dispuestos a atacar los casos más famosos y emblemáticos creyendo que con eso van a lograr desprestigiar también la muchedumbre de casos OVNI existentes, esgrimen ciertos sofismas sobre el caso de Kenneth Arnold que pretenden claramente tergiversar los hechos. A continuación, los exponemos resumidamente con su correspondiente réplica:

OBJECIÓN DEBUNKER Nº 1: “Lo que vio Arnold eran alas volantes, prototipos ultrasecretos”.

Respuesta: FALSO. No había un grupo de alas volantes capaces de volar en aquel entonces. Además, su velocidad máxima era de solo 520 MPH para la versión jet del “Ala Volante Northrop” cuyo primer vuelo no fue sino hasta octubre de 1947.

Los escépticos suelen acompañar sus proclamaciones sobre este punto con fotos de maquetas, prototipos que apenas pueden despegarse unos centímetros del suelo, dibujos o planos, y representaciones 3d de aviones que jamás volaron. También puede ser que en su autoconvencimiento sean capaces de poner fotos de aviones u alas volantes con métodos totalmente convencionales de propulsión. En fin, cualquier cosa alejada de los hechos que nos recuerda aquel ardid debunker, utilizado incluso por agencias gubernamentales, de presentar amplia documentación de miles de páginas de información detallada acerca de proyectos militares anteriormente secretos que puedan concebiblemente responder por eso. Cuanto más voluminosa sea la información, menor es la necesidad de demostrar cualquier conexión entre el evento reportado y el proyecto militar.

Los detractores del caso como ufológico se cuelgan de una segunda declaración de Arnold, muy posterior a los hechos, y luego que el testigo se vea influenciado por un sutil “lavado de cerebro patriótico” tan común por parte de los militares en estos casos para que el testigo diga que vio lo que no vio.

Por otra parte, podemos acudir al sentido común para darnos cuenta que la gran cantidad de avistamientos OVNI en todas partes del mundo hace difícil siquiera pensar que alguna potencia mundial cometa la estupidez de mostrar tecnología ultrasecreta a diestra y siniestra, incluso en naciones consideradas enemigas.

Pero vayamos a los hechos y veamos algunos reportes de ese mismo año (1947) y en ese mismo país (EE.UU.):

Junio 21, 1947-- Spokane, Washington. Residentes de esta zona reportaron el avistamiento de 8 objetos con forma de disco, del tamaño de una casa, volando a aproximadamente 600 mph. Estos OVNIs luego descendieron lentamente (“como una hoja que cae”) y aterrizaron a las orillas del río Saint Joe ante diez atónitos testigos.

Junio 23, 1947-- Cedar Rapids, Iowa. Un ingeniero ferroviario vio 10 objetos brillantes en forma de disco, a mucha altura, revoloteando en fila hacia el Noroeste. El mismo día, el piloto Richard Rankin, con más de 7.000 horas de vuelo en su haber, observa una formación de 10 objetos con forma de disco, de cerca de cien pies de diámetro cada uno, volando a gran velocidad en Bakersfield, California.

Junio 24, 1947-- Monte Rainier, Washington. Avistamiento de Kenneth Arnold. El mismo día y aproximadamente a la misma hora, Fred Johnson, un prospector de Oregon, avista 5 o 6 “discos redondos de aspecto metálico” en las montañas Cascades a través de su telescopio.

Junio 25, 1947-- Personas en Kansas City, Oklahoma City, y Pueblo, Colorado, reportaron avistamientos de “platillos voladores”. También se reportaron avistamientos del mismo tipo en Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Junio 28, 1947-- Nr Lake Mead, Nevada. Un piloto de la USAF al mando de un F-51 reporta una formación de 5 o 6 objetos circulares.

Junio 28, 1947-- Maxwell AFB, Ala. Una luz zigzageante es avistada por 4 oficiales de la Fuerza Aérea (2 pilotos y 2 oficiales de inteligencia).

Junio 29, 1947-- White Sands, N.M. Un experto en cohetes navales, Dr. C. J. John, junto con un par de colegas, observa un disco plateado sobrevolando los campos de pruebas. El objeto es avistado por cerca de 60 segundos y luego literalmente desaparece de la vista de los testigos. En las palabras del propio Dr. John: “El objeto estaba allí en un momento, y al siguiente simplemente no lo estaba”.

Junio 30, 1947-- Gran Cañón, Arizona. Dos oficiales de la marina sobrevolaban el área y a 30 mil pies de altura observaron dos objetos circulares grises desplazándose a una velocidad “inconcebible”. Según sus cálculos, los objetos tenían aproximadamente 10 pies de diámetro, los mismos aparentemente aterrizaron 25 millas al sur del Cañón.

Julio 3, 1947-- South Brookville, Maine. Un astrónomo avista un OVNI de aproximadamente cien pies de diámetro. El incidente permanece sin explicación oficial alguna.

Julio 4, 1947-- Portland, Oregon. La policia y muchos otros testigos ven muchos OVNIs en formación y de a uno, comenzando dichos avistamientos hacia la 1:05 p.m.

Julio 4, 1947-- Nr. Boise, Idaho. Con rumbo a Portland (Ore.), un piloto de United Airlines, Capt. Edward J. Smith, y su copiloto, Ralph Stevens, avistan 9 OVNIs con forma de disco.

Julio 4, 1947-- Seattle, Wash. Un guardacostas “yeoman” toma la primera foto conocida de un OVNI, un objeto circular que se movía cruzando el viento. La foto muestra un punto redondo de luz.

Julio 4, 1947-- Redmond, Oregon. Un automóvil lleno de gente avista 4 OVNIs con forma de disco pasando sobre el Monte Jefferson.

Julio 6, 1947-- Fairfield-Suisun AFB, Calif. Un piloto reporta un OVNI “oscilante” que se desplaza a gran velocidad por el cielo.

Julio 6, 1947-- S. Central Wyoming. Un ingeniero de aviación observa un OVNI oval.

Julio 8, 1947-- Serie de avistamientos sobre Muroc AFB y Rogers Dry Lake, base secreta de pruebas, California:

Por la mañana: Dos OVNIs esféricos o en forma de disco se unen a un tercer objeto. El equipo de técnicos observa un OVNI blanco-aluminio con un distintivo contorno oval descendiendo, moviéndose en contra del viento.

Por la tarde: Un delgado OVNI “metálico” se desplazó oscilantemente sobre el campo, también fue avistado por un piloto de pruebas en las proximidades. Un piloto de un F-51 vio un objeto delgado “de naturaleza reflectiva” pasando sobre su avión. Ninguna aeronave conocida se encontraba en el área.

Julio 9, 1947-- Nr. Boise, Idaho. Un editor de un periódico de aviación ve un OVNI circular chato maniobrando en frente de las nubes.

Julio 9, 1947-- S. New Mexico. Un prestigioso astrónomo de EE.UU. observa un OVNI elíptico blanco brillante.

Verano de 1947-- Pittsburg, Kansas. Un comandante de la Armada avista un OVNI con forma de disco.

Agosto, 1947-- Media, Pa. Un piloto de la Fuerza Aérea ve un disco revoloteando y alejándose a gran velocidad.

Diciembre 8, 1947-- Las Vegas, Nevada. Un OVNI colorado se moviliza emitiendo un rayo de luz, luego se dispara fuera de la vista de los testigos.

Como se puede notar, en algunos de los avistamientos los propios militares (incluyendo cualificados pilotos) se ven sorprendidos y asombrados ante estos Objetos DESCONOCIDOS y de procedencia obviamente no-humana. Desde ya, el sofisma de “armas secretas” muerde el polvo si consideramos la evidente negligencia de secretismo.

Pero bueno, son sólo avistamientos en el mismo año del famoso avistamiento de Kenneth Arnold, podríamos poner también un par de ejemplos sobre avistamientos de un objeto con forma de platillo, disco, o esfera a principios del siglo XX también:

1908-- Un OVNI esférico negro con un brillante reflector planea y vuela sobre Bridgewater, Massachusetts, EE.UU. Fue visto por John E. Flynn, Philip S. Prophett y otros.

1917-- Un Ministro y su familia utilizan un telescopio para mirar un OVNI plateado con forma de rueda de carro cerca de Salida, Colorado, EE.UU.

¿Quieren fuera de EE.UU? Bien, pongamos otro par para no excedernos con la cantidad de datos:

1919-- Dos soldados británicos ven varios OVNIs esféricos anaranjados que sobrevuelan los llanos de Salisbury, cerca de Figeldean, Wiltshire, Reino Unido.

1940-- OVNI en forma de “rueda ardiente” es visto ascendiendo de una cumbre en Bata, Hungría.

Y, para no cansar al lector con una gran parrafada, evitaremos remontarnos a miles de años atrás, donde avistamientos de OVNIs no faltan, basta con recordar a la leyenda sumeria del Rey Etana y su abducción por parte de un “escudo volador”.

OBJECIÓN DEBUNKER Nº 2: “Antes del avistamiento de Arnold no hubo avistamientos de platillos voladores”.

Respuesta: FALSO. Tanto a principios del siglo XX, como muchos cientos y miles de años antes hubo reportes de objetos voladores con forma de platillo. Desde ya, no se utilizó en ese entonces el neologismo de “Platillo Volador” pero sí otros términos que claramente hacen alusión a la misma forma como: “rueda de carro voladora”, “tapa de botella voladora”, “escudo volador”, “disco solar”, “disco llameante”, “vimanas”, etc...

Nuremberg, abril de 1561. Un artículo de noticias ilustra y describe el avistamiento masivo de DISCOS y esferas emergiendo de grandes cilindros.

En su carencia de lógica e ignorancia de nociones básicas de la geometría muchos especuladores pueden olvidarse de que tanto un escudo circular como un plato de porcelana tienen exactamente la misma forma.

OBJECIÓN DEBUNKER Nº 3: “Arnold jamás habló de platillos voladores, fue todo un invento de la prensa”.

Respuesta: FALSO. En la primera declaración de Kenneth Arnold claramente se puede apreciar que menciona la palabra platillo (saucer) y disco (disk) varias veces. A continuación reproducimos en el idioma original fragmentos de tal declaración que lo prueban:

“Some descriptions could not be very accurate taken from the ground unless these saucer-like disks were at a great height and there is a possibility that all of the people who observed peculiar objects could have seen the same thing I did, but, it would have been very difficult from the ground to observe these for more than four or five seconds, and there is always the possibility of atmospheric moisture and dust near the ground which could distort one’s vision.” (Kenneth Arnold)

“As I was flying in the direction of this particular ridge, I measured it and found it to be approximately five miles so I could safely assume that the chain of these saucer like objects were at least five miles long. I could quite accurately determine their pathway due to the fact that there were several high peaks that were a little this side of them as well as higher peaks on the other side of their pathway.” (Kenneth Arnold)

“The first thing I noticed was a series of flashes in my eyes as if a mirror was reflecting sunlight at me... I saw the flashes were coming from a series of objects that were traveling incredibly fast. They were silvery and shiny and seemed to be shaped like a pie plate... What startled me most at this point was... that I could not find any tails on them.

”I counted nine of them as they disappeared behind the peak of Mount Rainier. Their speed was apparently so great I decided to clock them. I took out my watch and checked off one minutes and 42 seconds from the time they passed Mount Rainier until they reached the peak of Mount Adams... All told the objects remained in view slightly less than two minutes from the time I first noticed them.” (Kenneth Arnold)

Arnold menciona también que estos objetos “se movían como lo haría un platillo si uno lo lanzara por la superficie del agua” (moving like a saucer would if you skipped it across the water). De esta forma la prensa, usando la lógica de la que carecen los debunkers, interpretó que si tenía forma de platillo y se desplazaba por el aire, lo más lógico era llamarlo platillo volador.

Si bien el término en específico no fue acuñado hasta 1947, los «platillos voladores» ya aparecían relacionados con naves alienígenas en revistas como Science Wonder Stories, probablemente en referencia a avistamientos previos al de Arnold. La edición que se muestra aquí salió en noviembre de 1929.

Desde ya, Kenneth jamás hubiera dicho tal cosa si los objetos en verdad no tuvieran forma de platillo o cuasi-platillo —técnicamente es esta última opción—, pues para ser un ejemplo mundano el que da, se desconoce aún el juego que consiste en arrojar platos al agua o hacerlos rebotar la mayor cantidad de veces posible sobre su superficie (es decir, hacer “sapito” con platos de porcelana).

OBJECIÓN DEBUNKER Nº 4: “Los objetos no se movían a la velocidad que describe Arnold, eso es imposible. El piloto debió equivocarse, alucinar o estar borracho”.

Respuesta: Claro, es imposible para la tecnología terrestre de aquel entonces. El mismo Arnold se vio sorprendido por la alta velocidad de estos objetos, decidiendo hacer cálculos de distancia y velocidad a medida que éstos pasaban de un pico al otro del monte Rainier, los cuales estaban separados por 47 millas. Los OVNIs avistados por el piloto cubrieron esa distancia en un minuto y cuarenta y dos segundos —¡una velocidad de 1.700 mph! Arnold no pudo aceptar tales números debido a la gran velocidad que implicaba. Luego reconsideró sus cálculos en busca de posibles errores y llegó a la, todavía increíble, velocidad de 1.200 mph. En 1947, NINGUNA aeronave terrestre podía superar un poco más de la mitad de esa velocidad.

Aquí afrontamos el típico sofisma que, ante el fracaso de los anteriores intentos de debunkeo, opta por atacar directamente al testigo tratando de desprestigiarlo por más cualificado que esté el mismo. En este caso es un piloto con bastantes horas de vuelo y que conocía ampliamente el área por la que se desplazaba. El clima era ideal y Arnold, como ya mencionamos, conocía perfectamente la zona y las distancias entre pico y pico de las montañas para hacer los cálculos pertinentes a la velocidad de los objetos que él mismo describe como “increíble”. Lamentablemente, los escépticos que son expertos en el dogma de la “no-creencia” se toman lo de “increíble” literalmente. Pero bueno, si tenemos en cuenta que posteriormente se comenzó a sancionar a los pilotos militares que reportaran públicamente haber visto OVNIs, y que hay casos de pilotos que murieron persiguiendo a estos objetos extramundanos...

Ahora veamos un registro posterior, por parte de científicos, de la velocidad de uno de estos misteriosos platillos:

“En Marzo de 1950, el Comandante de la marina R. Mclaughlin publicó un artículo en True Magazine describiendo como científicos habían rastreado a un objeto plateado con forma de platillo viajando a una velocidad superior a 25.200 MPH (40.547 KPH) cerca de la base misilística de White Sands en Nuevo México. Este era un informe alarmante porque ningún objeto físico podría viajar a tales velocidades sin incendiarse en la atmósfera.”

- Chuck Missler, Alien Encounters: The Secret Behind the UFO Phenomenon, p.62.

¡¡¡25.200 millas por hora!!! Claro, que los que hacen la objeción de la velocidad y distancia de las naves omiten descaradamente un montón de avistamientos anteriores y posteriores —como el citado— en donde la velocidad y movimientos de los OVNIs desafían por completo nuestras leyes de la física.

OBJECIÓN DEBUNKER Nº 5: “Los platillos voladores son de origen terrestre”.

Respuesta: FALSO. Esta objeción es similar a la Nº 1, la diferencia radica en que ya se hace una aceptación de que lo que vio Arnold eran efectivamente “platillos voladores”, o al menos la forma de dichos objetos era cuasi-discoidal. Pero los debunkers no dan puntada sin hilo y se inventan nuevas mentiras y excusas para cubrir las anteriores.

Usualmente algunos escépticos suelen aludir a una muy supuesta tecnología nazi platillesca que, de “haber estado disponible a tiempo”, hubiera sido suficiente para ganar la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto es que dicha teoría no tiene evidencia sólida que la sustente, al menos que se considere tal cosa a la, y hablemos sin eufemismos, propaganda neo-nazi. Cuando uno le hace a estos sujetos la pregunta de “¿Dónde está esa tecnología ahora?”, no debe extrañarse Ud. si escucha cosas como: “Escondidos en bases nazis en la Antártida”, “Los tienen los yankees bajo llave y sólo los usaran en caso de emergencia”, “En bases nazis de la Luna y Marte”, etc. Cuando se refieren a la Antártida suelen citar frecuentemente la experiencia del Almirante Byrd, claro, lo que les conviene de ésta. Ud., ante eso, sólo infórmese sobre tal caso y lo que vio realmente Byrd (montañas y ríos en la Antártida, naves extrañas cuyas insignias eran totalmente desconocidas, y seres que claramente se identificaban como de una raza no-humana; posiblemente hablamos de una experiencia interdimensional).

Sin duda, también los especuladores de siempre lo inundaran a uno con planos y diseños de cosas que jamás funcionaron y volaron, ante la carencia de argumentos alegaran conspiración por parte de las potencias del mundo que no utilizan estas tecnologías para no modificar un sistema socio-económico establecido. En este caso, simplemente basta con estudiar un poco de historia para darse cuenta que tal argumento carece de sentido común y demuestra un desconocimiento total de la naturaleza humana de usar los últimos avances tecnológicos para subyugar a las naciones que carezcan de ellos. Los chinos no ocultaron la pólvora, Aníbal no ocultó a sus elefantes, etc...

Por otra parte, pongamos un manto de realismo sobre este asunto: los aviones de vanguardia NO tienen forma de platillo, más bien siguen basándose en el vuelo de las aves y optan por formas cuasi-triangulares; nuestros transbordadores espaciales tienen problemas de reingreso en la atmósfera de nuestro planeta y su diseño sigue estando, al igual que el de nuestros aviones, basados en los principios de vuelo de los hermanos Wright.

No nos olvidemos también de la gran cantidad de Encuentros Cercanos de todos los tipos registrados desde la más remota antigüedad en los que “platillos voladores” no faltan. Alguien medianamente informado sobre el tema OVNI sabrá de ésto, sabrá que no sólo en mitos y leyendas aparecen estas crónicas sobre los “carros de los dioses” (siendo el mito y la leyenda la única forma de registrar la realidad histórica antaño, en una verdadera inversión de nuestros valores actuales), sino también en aquellas meramente históricas en dónde se describen situaciones, aparatos y humanoides que difícilmente puedan responder a una alegoría.

Debido a que la forma de platillo no es la única reportada en los avistamientos OVNI, ni antes, ni ahora, procedo a mencionar un caso —con el claro objetivo de probar mi punto— registrado en 1808 en donde un profesor de la Universidad de Moscú, Andrey Chebotaryov, con 24 años de experiencia en química, avista un extraño objeto con “forma de una placa larga y recta”, el cual emitía una flama que “sería sólo comparable con la radiación de un fósforo ardiente”. Luego el profesor describe lo siguiente: “Flotando en un círculo sin expandir el fuego o destellar, iluminó todo lo que se encontraba alrededor como si fuera la plena luz del día; entonces la llama se apagó, la luz desapareció, pero la ‘placa’ brillante permanecía y se desplazó perpendicular hacia arriba, alcanzado las estrellas y dejándose ver por un par de minutos y entonces, sin desaparecer, se volvió invisible debido a la extraordinaria altura”.

Bosquejo que acompaña al manuscrito ruso en el que se encuentra registrado este avistamiento OVNI y que representa lo que vio Chebotaryov.

Ante tal evidencia que pretende ser sólo un ejemplo de las muchas que hay al respecto, algunos escépticos, luego de rebanarse los sesos pensando en otra excusa para no aceptar lo evidente y de no poder hallar nazis en tal época, dirán: “¡Es que son viajeros del tiempo, todo sigue teniendo un origen terrestre!”. Resistiendo la ganas de darles una cachetada para que reaccionen a los que esgrimen tal “argumento”, con total entereza, nos damos cuenta de que efectivamente algo de razón tienen. Aquellos visitantes del cosmos que llegaron a nuestro planeta necesariamente encontraron alguna forma, que nuestra ciencia aún desconoce, de viajar por el espacio burlando al tiempo lineal. Las agencias espaciales bien saben que, una vez que nuestros astronautas y cosmonautas están allí arriba —los cuales reportaron muchas veces haber visto OVNIs por esos rumbos—, el principal enemigo es justamente el tiempo.

No obstante, no faltará quien diga que algunos “platillos voladores” son producto de haber emulado mediante la ingeniería inversa la tecnología de naves extraterrestres siniestradas. Bien, la posibilidad es totalmente real, pero las probabilidades son muy pocas. Sólo tengamos en cuenta que si ellos llegaron aquí antes que nosotros allí, nos llevan muuucha ventaja tecnológica, obviamente una emulación total por nuestra parte es imposible. Hagamos una simple analogía para entender este punto: sería como regalarle un reloj digital electrónico a Leonardo Da Vinci, uno de los grandes genios de la Humanidad. Da Vinci no sólo hubiera sido incapaz de imaginar cómo funcionaba, sino que además no hubiera tenido ninguna clave para averiguarlo.

Es un hecho que los gobiernos del mundo están tan interesados por saber cómo funcionan las naves extramundanas que violan impunemente nuestros espacios aéreos y se dejan ver ante todo el mundo, como por ocultar la verdadera naturaleza del fenómeno o, más bien, realidad OVNI.

Pero lo que termina de tirar por el suelo aquello de “todo es de origen terrestre” es el estudio serio de la ufología y su amplia casuística llena de Encuentros Cercanos de todos los tipos en donde se describen a los tripulantes de los No Identificados como humanoides alienígenas (por ejemplo, el caso Kelly-Hopkinsville). Respecto al origen de los platillos voladores pueden consultar en este mismo sitio web (MysteryPlanet.com.ar) el artículo del científico Stanton Friedman intitulado: Argumentaciones sobre el origen extraterrestre de los Platillos Voladores.

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Comentarios
Jun 26, 2017
9:00
#1 Vicente Reylova:

Kenneth Arnold, se hizo famoso por ser el primer piloto que vio en las cascadas de Washington, una luz azulada y una explosion...
Penso que no era algo normal, era algo muy extraño...
Lo comento con amigos y gente enrolado en su Profesion...
La noticia se conocio en todas partes, fue comentada en todos los medios...
Como ocurre siempre, hubo creyentes y detractores...
El gobierno se hizo eco de lo sucedido, con campañas, de confusion y falsedad.lleno de contradicciones.
El fenomeno siguio observandose, varias personas dijeron haber observado lo mismo en varios lugares y al mismo tiempo que K. Arnold..
Fue el comienzo de la era moderna de los O.V.N.I.s. saludos.

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