El cannabis ya se fumaba de forma ritual en el oeste de China hace unos 2.500 años, probablemente durante ritos funerarios, según los restos de quemadores encontrados en varias tumbas, los cuales apuntan a que el tipo usado contenía altas cantidades del agente psicoactivo más potente de la planta.

En las tumbas del cementerio de Jirzankal se han descubierto platos, harpas y cuencos de madera (Xinhua Wu).

Un estudio firmado por científicos del Instituto Max Planck (Alemania) y de la Academia China de Ciencias Sociales, recoge «las primeras evidencias claras» hasta la fecha del uso de la marihuana por sus propiedades psicoactivas.

El descubrimiento procede del análisis de los restos de diez quemadores hechos de madera que contenían piedras con signos evidentes de quemaduras, los cuales fueron encontrados durante unas excavaciones de la Academia China de Ciencias Sociales en el cementerio de Jirzankal (oeste de China), en la cordillera de Pamir, datado aproximadamente hace 2.500 años.

Braseros de madera y un esqueleto encontrado en la tumba M12, tal como quedaron expuestos en las excavaciones de un sitio arqueológico en el oeste de China que proporcionó evidencia sobre la quema de marihuana en un cementerio hace unos 2.500 años (Xinhua Wu).

El equipo sospechó que los quemadores podían haber tenido una función ritual y para investigarla extrajeron material orgánico de los fragmentos de madera y las piedras para analizarlas usando cromatografía de gases y espectometría de masas.

Los resultados mostraron una coincidencia exacta con la firma química del cannabis, en particular con la que contiene una alta cantidad de tetrahidrocannabinol (THC) —el agente psicoactivo más potente de la planta—, lo que indicaría que la población sabía que había tipos específicos de plantas e interactuaban con ellas.

Uno de los cuencos de hace 2.500 hallados en el cementerio de Jirzankal, en el que se han encontrado restos de cannabis (Xinhua Wu).

Los expertos aún no han podido establecer si los enterrados en Jirzankal cultivaban activamente cannabis o simplemente buscaban las plantas que producían más THC.

Comunicándose con los muertos

Mientras que el cannabis moderno se usa principalmente como una droga recreativa o para aplicaciones médicas, en el pasado su uso pudo haber sido bastante diferente. La evidencia obtenida en Jirzankal sugiere que lo empleaban en rituales funerarios en los que podrían intentar comunicarse con el mundo divino o con sus parientes fallecidos, enterrados en tumbas sobre las que creaban montículos circulares, anillos de piedra y patrones de rayas con piedras blancas y negras.

La mayoría de variedades de cannabis salvaje (como la de la imagen) tienen cantidades muy bajas del compuesto psicoactivo THC (Xinhua Wu).

No está claro si el cannabis también tuvo otros usos en la antigua China, aunque parece probable que la capacidad de la planta para tratar una variedad de enfermedades y síntomas fuera reconocida desde el principio.

«Las perspectivas modernas sobre el cannabis varían enormemente entre las culturas, pero está claro que la planta tiene una larga historia de uso medicinal, ritual y recreativo, durante incontables milenios», señaló en una rueda de prensa telefónica el arqueobotánico del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia en Berlín, Robert Spengler.

La investigadora Meng Ren examina la evidencia recolectada en el sitio arqueológico donde cannabis fue quemado en braseros de madera en un cementerio hace aproximadamente 2.500 años (Yimin Yang).

Los hallazgos corroboran otras evidencias tempranas de cannabis de enterramientos más al norte, en la región china de Xinjiang y en las montañas de Altai en Rusia.

Como señala Nicole Boivin, directora del centro del Max Planck, «el nuevo estudio respalda la idea de que las plantas de cannabis se utilizaron por primera vez por sus compuestos psicoactivos en las regiones montañosas del este de Asia Central, y luego se extendieron a otras regiones del mundo».

Ruta de la Seda

Según los autores, estos datos concuerdan con la idea de que los puertos de montaña de gran altitud de Asia Central y Oriental desempeñaron un papel clave en los primeros intercambios comerciales de Eurasia. De hecho, la región de Pamir, hoy tan remota, pudo haber formado parte de una antigua ruta comercial clave de la antigua Ruta de la Seda, en ciertos momentos el vector más importante para la difusión cultural en el mundo antiguo.

«Dado el clima político moderno que rodea al consumo de cannabis, estudios arqueológicos como este pueden ayudarnos a comprender los orígenes de la práctica cultural contemporánea y las estructuras de creencias», concluye Boivin.

Fuente: Infobae/ABC.

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