El agujero negro supermasivo en el corazón de la Vía Láctea, Sagitario A*, es relativamente tranquilo. Usualmente no tiene un núcleo activo que dispara luz y calor al espacio a su alrededor, y su brillo apenas fluctúa. Sin embargo, recientemente los astrónomos han registrado un destello extremadamente luminoso que superó en 75 veces el brillo habitual del monstruo.

«Esto es lo más luminoso que hemos visto en Sgr A* en longitud de onda cercana al infrarrojo, realmente nos sorprendió», dijo el astrónomo Tuan Do de la Universidad de California en Los Ángeles. «El agujero negro era tan luminoso que al principio lo confundimos con la estrella SO-2. En los fotogramas que siguen, empero, quedó claro que la fuente era variable y tenía que estar en el propio agujero negro. Definitivamente algo interesante ocurrió allí».

¿Pero qué? Eso es lo que los astrónomos están intentando averiguar ahora.

Hace unos meses, Do y sus colegas tomaron imágenes del centro galáctico utilizando el observatorio WM Keck en Hawái durante cuatro noches. El extraño resplandor fue observado el 13 de mayo, y el equipo pudo capturarlo en un espectacular time-lapse, 2 horas condensadas en unos pocos segundos:

El punto brillante al principio del video es el polvo y el gas girando alrededor de Sgr A*. Los agujeros negros no emiten ninguna radiación por sí mismos que pueda ser detectada con nuestros instrumentos actuales, pero los objetos cercanos sí lo hacen cuando las enormes fuerzas gravitatorias generan fricción. Cuando vemos esa radiación con un telescopio utilizando el rango infrarrojo, se traduce en brillo.

Normalmente, la luminosidad de Sgr A* fluctúa como la luz de una vela, variando de minutos a horas. Pero cuando sus proximidades emiten un resplandor como el observado, es una señal inequívoca de que algo se acercó lo suficiente como para ser succionado por su gravedad.

El primer fotograma del video es el más luminoso, lo que significa que el brillo en Sgr A* podría haber sido mayor antes de que comenzara a ser observado por los astrónomos. Pero nadie estaba al tanto de que algo se estaba acercando lo suficiente como para ser devorado por el agujero negro.

El equipo se encuentra actualmente recolectando más datos e intentando discernir la fuente del resplandor. Por ahora especulan con dos posibilidades. Una es que haya sido una reacción tardía a G2, un objeto que se piensa es una nube de gas que se acercó a 36 horas luz de Sgr A* en 2014, lo que debería haber destrozado la nube y devorado partes de ella.

Sin embargo, al echar un vistazo minucioso al time-lapse, se ve un punto brilloso a las 11 en punto desde el agujero negro. Ese punto es SO-2, una estrella con una larga órbita elíptica de 16 años alrededor de Sgr A*. El año pasado, hizo su máximo acercamiento, ubicándose a solo 17 horas luz.

«La otra posibilidad es que durante su aproximación SO-2 cambió la manera en que su gas fluye hacia el agujero negro supermasivo, por lo que más gas cayó en él, lo que llevó a una mayor variabilidad», explicó Do.

La única manera de saber la verdad es recolectar más datos, y así lo están haciendo en este momento, en una gran amplitud de longitudes de onda. Asimismo, más observaciones tendrán lugar en las próximas semanas con el observatorio Keck en Hawái antes que el centro galáctico ya no sea visible en el firmamento nocturno desde la Tierra.

Muchos otros telescopios —incluyendo el Spitzer, Chandra, Swift y ALMA— estuvieron apuntando hacia el centro de la Vía Láctea en los últimos meses también, por lo que sus datos podrían revelar diferentes aspectos sobre la física responsable por el misterioso resplandor y ayudar a comprender lo que ha sucedido en Sgr A*.

«Estoy ansioso esperando los resultados», concluyó Do.

El estudio ha sido aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters, y está disponible en arXiv.

Fuente: ScienceAlert.

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