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Aparte de las visitas tripuladas del programa Apolo, solo tres países han llegado a la superficie de la Luna con sondas no tripuladas: Estados Unidos, Rusia y China. Si SpaceIL tiene éxito, Israel será el cuarto país... Aunque, dado que se trata de una compañía privada, técnicamente, no sería tan así.
SpaceIL acaba de mostrar los primeros diseños de su nave y firmar un acuerdo con SpaceX para despegar con rumbo a la Luna en 2017. La primera fase de este viaje tendrá lugar a bordo de uno de los cohetes Falcon 9 de SpaceX.
Una vez en órbita, la sonda activará sus propios motores para alcanzar la Luna y aterrizar sobre ella. Los componentes electrónicos encargados de tomar las imágenes así como el resto de sensores que se vayan incorporando se alimentarán de paneles solares. Los componentes están comenzando a diseñarse ahora con la ayuda del prestigioso diseñador industrial israelí Alex Padwa, así que es probable que el aspecto final del vehículo no sea exactamente el que vemos ahora.
La sonda de SpaceIL es una de las participantes en el reto Lunar XPRIZE puesto en marcha por Google. El primero que logre poner una sonda en la Luna, que explore al menos 500 metros, envíe fotos y vídeos de su superficie en alta definición, todo antes del 31 de diciembre de 2017, se hará con un premio de 30 millones de dólares.
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@Jorge Rendiche: Según lo que averiguamos, SpaceIL se financia con donaciones del sector privado, y hasta ahora lleva recaudado la cifra nada de despreciable de US$ 50 millones.
Vaya, una sonda israelí. ¿Es que han descubierto diamantes en la luna? ;D shalom. 'Forever Palestine'
IMPOSIBLE!!!PORQUE NO CREO QUE LOS QUE HABITAN LA LUNA DEJEN QUE EL HOMBRE CONQUISTADOR DE PLANETAS SEAN DESCUBIERTO, PORQUE LA REALIDAD ES OTRA.
15:12
Es gracioso el premio: U$S 30 millones. ¿Y cuál va a ser el costo final de construir y enviar este aparato? ¿U$S 100 millones? Porque no creo que todo el proyecto cueste sólo 5 o 10 millones de dólares. Es una empresa carísima y el premio no vale la inversión, salvo que tengan en vista negocios posteriores: venta de fotos, contratos millonarios para la construcción y envío de satélites, un hotel espacial, paseos turísticos espaciales breves, etc.