Un extraño fenómeno ocurrió el martes pasado cerca de Picún Leufú, en la provincia de Neuquén, Argentina, cuando una vecina advirtió que trozos de carne cayeron sobre su casa y por los alrededores. Se está investigando qué tipo de origen tiene y qué podría haber ocurrido.

El hecho ocurrió en lo que se conoce como Villa Puente Picún Leufú, sobre la Ruta 40, a unos 40 kilómetros al sur de Zapala. Según indicaron desde la comisión de Fomento de la localidad, la señora se encontraba en el invernadero cuando comenzó el hecho que conmovió y preocupó a la gente de los alrededores.

La vivienda se encuentra en una zona de chacras, donde las casas están muy distanciadas y según lo que la vecina comentó, de repente comenzó a sentir un ruido similar al granizo, aunque el cielo estaba despejado, y no fue para menos su sorpresa al ver que se trataban de trozos de carne en un radio de unos 100 metros, incluso en los árboles, informa el portal Bariloche Opina.

Los restos hallados el martes pasado. Según la testigo principal, el cielo estaba despejado y ningun avión o helicóptero pasaba en el momento que empezaron a caer los trozos de carne.

Inmediatamente se dio aviso a la Comisaría 22° de Zapala, y junto a la Fiscalía se acercaron al lugar para investigar de qué se trataba. Las muestras se enviaron a analizar a fin de determinar en primer lugar qué tipo de carne es, y además, intentar dilucidar en qué circunstancias llegó al lugar.

Y si bien el hecho ha sido confirmado por las autoridades, por ahora han arrojado un manto de escepticismo sobre el tema, pensando a priori que algún bromista debió poner o arrojar los trozos de carne donde fueron encontrados.

Un fenómeno que ya ha ocurrido antes

En 1876, una lluvia de trozos de carne de hasta ocho centímetros cayó del cielo despejado sobre Olympian Springs, Kentucky. Por aquel entonces, el diario Louisville Commercial informó que «dos caballeros, que probaron la carne, expresaron la opinión de que era o cordero o carne de venado».

En cuanto a las hipótesis manejadas para este caso, la más plausible de todas fue la propuesta por un científico de la Sociedad Real Microscópica de Gran Bretaña, quien teorizó que los buitres se habían dado un festín con los caballos muertos, para luego volar sobre la ciudad y vomitarlos.

No obstante, jamás se pudo comprobar el verdadero origen de esta lluvia de carne.