Una «máquina muy primitiva». Así es como ha definido el egiptólogo Mark Lehner en el último episodio de Unearthed (ver vídeo más abajo) el sistema ideado por los egipcios para proteger la Cámara del Rey —en la Gran Pirámide de Guiza— de los saqueadores de tumbas. Una trampa descubierta en el siglo XIX y que se ha atrevido a calificar, a pesar de todo, de efectiva. Y es que, este invento logró obstruir el corredor que daba acceso a la sala con hasta seis gigantescos bloques de piedra una vez que los trabajadores se encontraban a salvo.

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Lehner, que dirige el conglomerado de asociaciones Ancient Egypt Research Associates, ha explicado este curioso sistema anti-robo al programa de televisión después de haber estado excavando en Guiza durante más de 30 años. Un dispositivo que ya se conocía, pero que —por primera vez— ha sido recreado de forma digital en un programa de televisión. Concretamente, la animación muestra de forma exacta cómo fue clausurada la antecámara de la Cámara del Rey (el lugar en el que, presuntamente, se encontraba la momia del faraón Keops), para evitar que su lugar de reposo eterno fuese saqueado por los cazadores de tesoros.

Las animaciones muestran la forma en la que se cerró el corredor principal que llevaba hasta la Cámara del Rey de la Gran Pirámide. Un pasillo (más conocido por los arqueólogos como «Gran Corredor») al que se accede desde la entrada de este gigantesco monumento «funerario» y por el que se sube (en un ángulo de unos 45 grados) hasta una antecámara previa al recinto que —otra vez, presuntamente— albergó los restos de Keops.

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El sistema, que era muy sofisticado para su tiempo, se activó cuando el faraón fue enterrado en la Cámara del Rey. Fue entonces cuando, mediante una serie de ranuras y poleas, la antecámara quedó sellada con tres gigantescos mamparos de piedra que cayeron de forma vertical e impidieron la entrada desde el final del «Gran Corredor». Pero eso no fue lo único que los arquitectos y constructores antiguos tenían preparado para los cazatesoros. Y es que, después de que cayeran estos bloques, un mecanismo arrojó otros tres desde la parte superior del pasillo con el objetivo de bloquear el acceso a este desde.

No obstante, y a pesar de esta ingeniosa medida de seguridad, la momia de Keops jamás fue hallada dentro de la cámara pertinente y, además, la única mención que existe en el monumento sobre dicho faraón es de dudosa procedencia (los menos ortodoxos la creen una falsificación moderna) y no coherente con la rimbombante parafernalia digna de la tumba de un soberano del Antiguo Egipto. ¿Entonces, qué protegía realmente esta «máquina primitiva»?

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