Un equipo de astrofísicos ha logrado observar por primera vez en la historia cómo un agujero negro supermasivo destroza una estrella, engulle sus restos y los eyecta en el espacio. Las imágenes del momento y las conclusiones a las que llegaron han sido publicadas en la revista Science.

«Nunca antes se había podido observar directamente la formación y evolución de un chorro como consecuencia de este fenómeno. Durante la mayor parte de su vida, los agujeros negros supermasivos no destrozan a nadie y son prácticamente invisibles para nosotros. Teníamos una única oportunidad de entender lo que ocurre en los alrededores del agujero negro durante la destrucción [de una estrella]», aseveró Miguel Pérez Torres, del Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Los científicos españoles —que formaban parte del equipo internacional encargado de la investigación— pudieron ser testigos de este dramático evento gracias al telescopio infrarrojo WHT, que detectó en 2005 un reventón de calor dentro del núcleo de la galaxia Arp 299 —situada en la constelación de la Osa Mayor, a unos 150 millones de años luz de la Tierra—.

Pérez Torres y sus colegas han pasado décadas observando los agujeros negros ubicados en las galaxias lejanas. Hasta aquel año, los científicos no habían podido ver los agujeros negros cuando estos empezaban a devorar las estrellas y eyectar sus restos al espacio en forma de finos chorros de plasma a velocidades cercanas a la de la luz.

El análisis de fotos y datos, recopilados por el WHT y otros telescopios, ayudó a los astrofísicos españoles a descubrir las interesantes peculiaridades de la dieta de los agujeros negros masivos. Por ejemplo, detectaron que la velocidad de la materia escupida por el agujero negro constituía la cuarta parte de la velocidad de la luz.

Además, confirmaron que el chorro tuvo forma de cono y calcularon el lugar desde el que se había producido la eyección de los restos. Estos datos, según los astrofísicos españoles, ayudarán a otros científicos a entender qué es lo que acelera la materia del chorro y por qué una parte de los agujeros negros supermasivos expulsa constantemente unos haces semejantes al plasma.

Fuente: Science. Edición: Sputnik.