Se creía que dos cachorros de león cavernario hallados en el permafrost siberiano el año pasado, tenían al menos 12.000 años de antigüedad. Ahora, un análisis más detallado ha multiplicado esa edad. Los pequeños felinos vivieron en algún momento entre hace 25.000 y 55.000 años.

Uyan, uno de los cachorros de león cavernarios descubiertos.

Estos hermanitos —cuya especie se extinguió alrededor del 10.000 a.C.— tenían entre una y dos semanas de vida cuando el prehistórico techo de su guarida colapsó, enterrándolos en una gélida tumba de hielo que los mantuvo en una suerte de animación suspendida desde entonces, así lo evidencia su excelente estado de conservación.

Los científicos han concluido que los cachorros —bautizados como Uyan y Dina— fueron encontrados en depósitos de permafrost formados durante un periodo más cálido de la última glaciación, entre 25.000 y 55.000 años atrás.

«Eso significa que los cachorros no pueden tener una antigüedad menor a 25.000 años. Previamente la datación era de 12.000, el tiempo cuando los leones cavernarios comenzaron a extinguirse», dijo el Dr. Albert Protopopov, de la Academia de Ciencias de la República de Sajá-Yakutia. «Los datos sobre su edad serán calculados con más precisión cuando se finalicen todos los análisis».

«Las tomografías computarizadas mostraron que sus dientes aún no habían aparecido. En base a una comparación con leones africanos, llegamos a la conclusión que no llegaban al mes de vida. Mediante esta técnica, también logramos echar un vistazo a sus órganos internos. Uno de los cachorros, Uyan, el que se preserva mejor, tiene algo dentro de su estómago. Por el momento no sabemos si se trata de leche materna o algún fluido gástrico», explica Protopopov.

Los científicos pretenden extraer todo el conocimiento posible de este cachorro pero sin causar mayor daño.

«Si fuera leche de su madre sería muy interesante, pero necesitamos pensarlo dos veces antes de hacer algo. Los hallazgos son únicos y cualquier acción descuidada de nuestra parte podría provocar un daño irreparable. Probablemente nos valgamos de métodos poco invasivos para investigar el estómago de Uyan», añade el experto.

Entre los planes también figura un examen radioisotópico con el fin de aprender más sobre el ambiente de los leones cavernarios.