Es muy probable que el planeta rocoso descubierto recientemente en la zona habitable de la estrella más cercana a nuestro Sol, esté cubierto de océanos. A esa conclusión han llegado este jueves investigadores del Centro Nacional Francés de Investigaciones Científicas (CNRS).

Los científicos anunciaron el descubrimiento de Próxima b en agosto pasado, y lo promocionaron como el primer exoplaneta alcanzable por nuestra civilización.

El planeta se encuentra a poco más de 4 años luz de distancia de nosotros. Se estima que tiene 1.3 veces la masa de la Tierra y orbita su estrella anfitriona a 7.5 millones de kilómetros, es decir, un décimo de la distancia de Mercurio al Sol.

«Contrario a lo que cabría esperar, esta proximidad no significa necesariamente que la superficie de Proxima b sea demasiado caliente para que exista agua en estado líquido», informa el comunicado del CNRS.

La distancia a Próxima Centuri es de aproximadamente 4,22 años luz (1,295 pársecs) de la Tierra.

Próxima Centauri, su estrella, es más pequeña y 1.000 veces más débil que el Sol, lo que significa que Proxima b está exactamente a la distancia correcta para que las condiciones sean potencialmente de habitabilidad. «El planeta puede muy bien albergar agua líquida en su superficie, y por lo tanto también algunas formas de vida», señalan los investigadores.

«Life friendly»

El tamaño de los exoplanetas se calcula generalmente mediante la medición de la cantidad de luz que bloquean, desde la perspectiva de la Tierra, cuando pasan frente a su estrella madre. Pero ese tránsito de Proxima b todavía no se ha observado, por lo que el equipo tuvo que depender de simulaciones para estimar la composición y el radio del planeta. Ellos calcularon un radio de 0,94 a 1,4 veces el de la Tierra, que tiene 6.371 kilómetros en promedio.

Suponiendo un radio mínimo de 5.990 kilometros, el planeta sería muy denso, con un núcleo metálico que constituye dos tercios de la masa de todo el planeta, rodeado por un manto rocoso.

Probable aspecto de Próxima B.

Si hay agua superficial, no supondría más de un 0,05 por ciento de la masa total del planeta, algo superior a la Tierra, donde es alrededor de 0,02 por ciento.

En el escenario de planeta más grande, con un radio de 8.920 kilometros, la masa de Proxima b se dividiría 50-50 entre un centro rocoso y el agua circundante. «En este caso, Proxima b estaría cubierto por un solo océano líquido 200 kilómetros de profundidad», explican los científicos del CNRS.

«En ambos casos, al igual que en la Tierra, una atmósfera gaseosa delgada podría rodear el planeta, lo que hace a Proxima B potencialmente habitable», concluyen.