Una compañía planea diseñar un avión para enviarlo a explorar la atmósfera de Venus en 2021. El ambicioso proyecto consiste en una nave inflable propulsada por hélices cuya misión será tomar muestras de la atmósfera y estudiar desde la altura la superficie del planeta. Pero hay un pequeño gran detalle de por medio, su financiación: unos mil millones de dólares.

VAMP.

El nombre del vehículo aéreo será Venus Atmospheric Maneuverable Platform (Vamp), y su concepto está siendo desarrollado por la compañía aeroespacial estadounidense Northrop Grumman, junto con la asistencia de L. Garde de Tustin, California.

Vamp tendrá una envergadura de 46 metros —casi el doble de un Boeing 737— y alcanzará una velocidad máxima de 220 km/h. A bordo cargará 200 kg de instrumentos tales como cámaras y sensores atmosféricos. Asimismo, su misión tendrá lugar a aproximadamente 60 km de la superficie del planeta, en una región en donde la atmósfera ejerce una presión similar a la de la Tierra.

A pesar de estar situado más lejos del Sol que Mercurio, Venus posee la atmósfera más caliente, pues ésta atrapa mucho más calor del Sol, debido a que está compuesta principalmente por gases de invernadero, como el dióxido de carbono.

El artilugio será transportado hasta nuestro vecino planetario por medio de una nave espacial y, al llegar a la órbita, será desplegado y entrará en la zona atmosférica venusina por sí mismo.

«La experiencia de vuelo en la región donde se desplegará no será tan diferente a si lo hiciera en la Tierra», dijo Ron Polidan, arquitecto de sistemas civiles de la compañía Northrop. «Una historia muy diferente a si la misión fuera sobre la superficie».

Entre los 1960s y 1980s, las sondas soviéticas Venera fueron las primeras en entrar en la atmósfera de Venus y hacer un aterrizaje controlado. No obstante, solo pudieron sobrevivir unas pocas horas. Tras las sondas Venera, los estudios soviéticos sobre Venus continuaron con el Programa Vega, de 1984, que permitió mediante sobrevuelos estudiar la intrigante región venusina que ahora es objetivo de Vamp. A una altitud de 50 km, las sondas soviéticas fueron capaces de determinar que las condiciones atmosféricas de esta región en particular son similares a las terrestres, con la excepción de la presencia de fuertes vientos huracanados.

Imágenes de la superficie venusina tomadas por Venera 9 (arriba) y Venera 10 (abajo).

Vamp tendrá una ardua competencia para hallar financiación por parte del programa Nuevas Fronteras de la NASA, el mismo que previamente seleccionó y financió proyectos como la sonda Nuevos Horizontes (a Plutón), Juno (a Júpiter) y la futura misión a un asteroide llamada Osiris-Rex.