La impactante historia fue revelada por el sacerdote Manuel Acuña, especializado en exorcismos, precisando que fueron los médicos que atendieron al niño desde su nacimiento quienes aconsejaron a sus padres llevarlo a la Parroquia El Buen Pastor, ubicada en la localidad de Santos Lugares (Pcia. de Buenos Aires, Argentina).

“Los médicos no sabían qué ocurría con el chico. Tenía problemas de crecimiento graves y estaba en riesgo. Los profesionales les aconsejaron a los papás que me visiten, y así ocurrió el primer contacto, en una de nuestras misas. Tuve la oportunidad de tocar al bebé y, de inmediato, supe que algo andaba muy mal”, contó Acuña.

“La madre me contó el caso en detalle terminada la misa. Me había llamado mucho la atención que ante la imposición de mis manos para la bendición, el bebé se resistiera y apartara su cabeza, por lo que la cité percibiendo que en ello había una manifestación de origen espiritual”, explicó el religioso según Diario Popular.

Fue en una reunión posterior que Acuña le pidió a la mujer —que no es creyente, ni practicante— que “reflexionara sobre los últimos tres meses de su embarazo para saber si había habido alguna situación que la haya asustado o alguna pérdida de algún ser querido en dichos meses”.

“Ante mi insistencia —sostuvo Acuña—, la madre recordó el triste fallecimiento de un bombero de amistad de toda su familia, que murió en forma violenta durante la atención de un incendio. Un día antes del drama, ésta persona había estado con ella acariciando su panza, y se destaca que el hombre tenía la firme intención de ser el padrino de su bebé en gestación”.

A partir de este dato, el sacerdote decidió poner manos a la obra. Por ello organizaron una “oración especial de exorcismo” al día siguiente. “No había tiempo que perder", señaló el cura.

Sin duda, el momento más tremendo del exorcismo, digno del mejor guión cinematográfico para un filme de terror, fue cuando el sacerdote exorcista empezó a liberar al niño del espíritu que lo poseía y en esa oportunidad el bebé habló con voz adulta y palabras perfectamente audibles. Es más: la voz que provino de la criatura poseída no era otra que la del bombero trágicamente desaparecido.

El padre Acuña sintetizó así el episodio que de verdad hiela la sangre: “al instante de echar fuera todo espíritu errante, el niño pronunciaba con voz adulta y con toda firmeza: ¡no! Y así lo hizo reiteradas veces, resistiéndose a la orden a que partiera y se presentara ante Dios nuestro Señor”.

Acuña explicó que “el ritual de exorcismo habilita preguntar al poseído por el nombre de la entidad que lo ocupa, y por eso pregunté quién era el que estaba en el niño. La respuesta que recibimos era la esperada: el nombre del bombero fallecido”.

“Claramente comencé a decirle que él estaba muerto y que no tenía permiso para vivir a través del bebé. Y dando un fuerte grito, el bebé entró en un descanso espiritual, señal clara de su liberación. Así entregamos al niño a los brazos de su madre que se estaba recuperando. A un año de su sanidad, sus problemas de crecimiento han desaparecido por completo”, finalizó Acuña.

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 1 comentario
Comentarios
Sep 28, 2010
8:43
#1 jasinta:

MMMM yo tomo con pinzas estas cosas,hay mucho manoceo al respecto....

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